martes, 2 de octubre de 2007

Carcajada Cosmica


El maldito aire viciado hacía que las cosas se complicaran todavía más. Dejar la deliciosa comodidad de su cama no la entusiasmó en absoluto, menos aún pensando en lo que debía hacer ese día. Recordó parte de la conversación de la noche anterior y sintió que su estómago se revolvía otra vez. ¿Cómo hacer de ese lugar condenado un espacio que no le crispara los nervios ni le prostituyera las ideas? ¿Cómo disipar el dolor y la tristeza? Su cabeza funcionaba con demasiada rapidez; ni siquiera era capaz de comprender lo que ella misma sentía como propio. Había perdido la capacidad de respuestaSin importar la conmovedora armonía del entorno o la belleza simple y serena del mar, la realidad se veía perturbadóramente estrecha desde aquella ventana. La habitación entera parecía, a momentos, estar determinada a implotar y desaparecer.Con asombro, la cuenta final arrojó un número bastante más abultado de lo que esperaba: 12 días. Tal vez había esperado y bebido demasiado. 12 días en posición horizontal claramente no habían resuelto sus problemas, pero al menos le habían dado el tiempo suficiente para rememorar con nostalgia aquello que en un momento de su vida la había hecho sonreír.Sin más obstáculos que sus propios fantasmas alcanzó la hoja que había leído una y mil veces. Una vez más no le haría daño. Repasó palabra por palabra aquel mensaje y nuevamente se sintió portadora de malas noticias. No había sido capaz de hacerse comprender y el resultado fue la invisibilidad. No creyó poder cumplir con lo que debía.Tiró la hoja al suelo, ya no importaba. Esperó pacientemente que alguna emoción la invadiera, la que fuera; tal vez algo de lástima por su situación o el coraje necesario para cobrar venganza la harían recordar que alguna vez sí tuvo alma, sueños y convicciones; que alguna vez la gente sintió que su presencia alegraba el ambiente y sus ideas inspiraban respeto y abrían paso a la sensualidad de un debate apasionado. Pero no sintió nada. Estaba seca por dentro y ni siquiera eso la hizo derramar una lágrima en memoria del valor que había perdido. Estaba maldita y era una idiota. Claramente, se había comportado como una idiota hacía ya un buen tiempo, desde el minuto en que obvió su propia voz y se dejó engatusar por la supuesta bondad de la humanidad y la posibilidad de encontrar a alguien original entre tanta historia conocida. Nada más que pura mierda.Pero tal vez había algo que podía hacer para darle la vuelta a la carcajada cósmica en la que se encontraba. Se lavó los dientes y cantó a todo pulmón "Can't Keep"; parecía el momento apropiado.Una vez que sintió el viento en su cara y el ruido del hormiguear constante de la ciudad que no se detiene supo que estaba en lo correcto. Bloqueó su mente a punta de los últimos tragos de ron y se dejó llevar. Se sintió liviana, como si su cuerpo fuera una mera túnica que la envolvía para evitar que se cayera a pedazos. Miró por sobre su hombro y se sintió aliviada al dejar atrás la pesada carga que la trastornó. Aunque nunca se consideró normal, claramente ahora estaba más loca que nunca.Hasta que finalmente dio el paso que la pondría por sobre toda esa puta desgracia y le permitiría decir que al menos, su vida era suya y de nadie más. Ni siquiera tuvo que impulsarse, simplemente se dejó caer.
Gabriela Castillo Raga
Licenciada en Historia
Magister en Historia, P. Universidad Catolica de Valparaiso
gabidooh@hotmail.com

En Veda La Pureza


La pureza y la depuración aparecen como una solución simple y segura, pero en realidad generadora de numerosos problemas destinados a eclosionar en el futuro.
Basta con darle el suficiente tiempo y espacio a la insaciable necesidad de respuesta que nos define para darnos cuenta que tal pureza no existe ni existirá jamás. He allí el principal problema, latente, pensante: somos lo que hacemos.
La pretendida depuración sólo es garantía de una negación que raya en lo absurdo pues quien imagina poder purgar lo vivido sólo demuestra lo estrecho de su universo. Querer no es poder.



Gabriela Castillo Raga

Licenciada en Historia

Magister en Historia, P. Universidad Catolica de Valparaiso.

sábado, 25 de agosto de 2007

Una forma de Hacer Historia Cultural - P. Burke & E. Hobsbawn


El historiador británico Peter Burke no sólo es conocido por ser un gran modernista, también se destaca por sus formulaciones sobre Historia Social y de la Cultura. En su obra “What is Cultural History?” expone la evolución de la Historia Cultural desde sus inicios en la Alemania del siglo XVIII -presentándonos las distintas tendencias metodológicas y principales representantes- hasta el redescubrimiento de esta ciencia y su desarrollo en el siglo XX, Burke además intenta explicar que es realmente la Historia Cultural y cual es la función de los historiadores de esta área. El desarrollo de esta historia puede dividirse en 4 etapas: la fase “Clásica” iniciada entre el final del siglo XVIII y comienzos del XIX; la fase de “la Historia del Arte” desarrollada desde 1930; la etapa de “Descubrimiento de la Cultura Popular” en los años 60; y la “Nueva Historia Cultural”. Estas etapas no están bien definidas ni delimitadas, establecer fechas puede ser errado.
La fase Clásica (entre 1800 y 1950) estaba compuesta por historiadores que utilizaban los clásicos, concentrados en el “canon” de las artes, la literatura, las ciencias, entre otras; sus principales exponentes son Jacob Burkhardt con su obra “La Cultura del Renacimiento en Italia” y Johan Huizinga con “El Otoño de la Edad Media”. Estos historiadores culturales se alejaban de la Historia del Arte o la Literatura, se preocupaban más por las relaciones existentes entre todos estos tipos de arte. Buscaban el Zeitgeist o “espíritu de la época” que les permitiera acceder a nuevos tipos de conocimiento, centrándose en las personas y sus acciones proponían llegar a retratar patrones culturales (costumbres, sentimientos, pensamientos, símbolos, formas).
En la segunda fase, etapa de “Historia del Arte”, Burke nos presenta cómo el estudio del arte de una época nos entrega una imagen de la misma sociedad en la cual ha sido creado. Entre los principales contribuidores tenemos a Aby Warburg y Max Weber (con su obra “La Ética Protestante y El Espíritu del Capitalismo”) que creó una relación directa entre el desarrollo de la religión protestante -“ethos protestante”- a un modelo económico determinado. Aby Warburg por su parte realizó una gran contribución al incorporar a la Historia Cultural la idea de esquema, investigando temas generales obtenía la sutileza de los detalles puntuales, trataba de descubrir los esquemas, formulas o modos culturales perceptibles establecidos que manifiesten comportamientos y sentimientos particulares de una determinada sociedad.
Con la llegada de Hitler al poder en Alemania en 1930 Aby Warburg y su instituto tuvieron que escapar de aquellas tierras por el temor al fuerte racismo antisemita desarrollado por los nazis. El viaje forzado de todos estos intelectuales y académicos hacia Gran Bretaña y Estados Unidos supuso un empuje en la disciplina, la llamada “Gran Diáspora” modificó la forma de hacer Historia de la Cultura en los países que recibieron a estos hombres. Expandieron por ejemplo el concepto que se tenía de Civilización dándole un valor más cultural, gracias también al desarrollo de la tendencia sobre “Historia de las ideas” que se estaba realizando en el norte de Estados Unidos (Perry Millar y Arthur Lovejoy). En Inglaterra se desarrollaba una “Historia Intelectual y Cultural”, en esta historia de las ideas podríamos nombrar a Arnold Toynbee y Christopher Dawson como sus principales exponentes. El intercambio académico, sobre todo, enriqueció los conocimientos y metodologías sobre cómo hacer Historia Cultural. El conjunto de emigrantes intelectuales que llegaron a estos países puso más de manifiesto la relación existente entre lo cultural y lo social.
La Historia Cultural se desarrolló junto al concepto de “Cultura Popular”, entendemos este concepto como la manifestación cultural de un pueblo completo (sin elitismos de clases); creemos que es importante mencionar que antes del desarrollo que tuvo este estudio en la década del 60 ya muchos otros trataron de ingresar a la “Cultura Popular” analizando canciones, cuentos y creencias populares, bailes, rituales, artesanías, etc. Nos detendremos ahora en algunas ideas de quien es uno de los principales expositores de esta nueva fase de la Historia Cultural, el historiador Eric Hobsbawm, ejemplificando su labor con algunos comentarios a su obra “Historia del siglo XX”.
Hobsbawm divide la historia del siglo XX en 3 etapas: “Era de Catástrofe” (desde 1914 a finales de la 2da Guerra Mundial) en la cual hay un quiebre del mundo decimonónico, es la caída de grandes imperios coloniales y complicadas situaciones económicas, es también el surgimiento de regimenes autoritarios y del fascismo; la “Era Dorada”, periodo de importantes crecimientos económicos debido al desarrollo del Capitalismo y grandes transformaciones sociales. Concluye con un “Derrumbamiento”, es una era de crisis, incertezas y descomposición, cae la URSS y con ella la “coexistencia pacifica” que se había mantenido durante 40 años en las relaciones internacionales; comienza a expandirse la creencia de que el Neo-liberalismo a triunfado.
Es precisamente en el periodo del “Derrumbamiento” que Eric Hobsbawm se refiere al estudio de la “Cultura Popular” como elemento capaz de entregarnos el conocimiento de comportamientos homogéneos dentro de una sociedad. El problema descansaba en el debate de ¿Qué es la Cultura? Muchas veces se relacionaba este concepto a la “alta cultura”, ósea a las ciencias y las artes (intelectuales y académicos), pero es evidente que las elites no nos podrán entregar una visión completa de la sociedad. Peter Burke sostiene que es necesario una integración entre la “cultura popular” (observar ritos, costumbres, canciones, etc. Todo lo análogo a las ciencias y las artes) y la “alta cultura”, Burke utiliza palabras de Edward Taylor para señalarnos que la cultura es un todo complejo que incluye conocimientos, creencias, artes, moral, leyes, costumbres y cualquier otra capacidad o hábitos adquiridos por el hombre como miembros de una sociedad. Es evidente la necesidad de integración de los “dos tipos” de cultura.
Hobsbwam sabe que la historia tradicional ha estado siempre hecha “desde arriba”, centrada en grandes hazañas, enfrentamientos bélicos, en los grandes hombres y pugnas políticas; para realizar su “Historia del siglo XX” era necesario romper y transgredir estas tradiciones historiográficas, para así poder comprender a cabalidad los comportamientos de una sociedad, asimilar su “Cultura Popular”. Realizar una historia “desde abajo” precisa el acercamiento a la gente común y corriente, a sus experiencias como hombres y cómo ellos pueden percibir sus propios cambios sociales.
La desaparición del eurocentrismo en el siglo XIX ha dado paso a un proceso de globalización que ha cambiado completamente las relaciones sociales, políticas y económicas; el arte y su relación con la sociedad también ha sido drásticamente modificada, las antiguas maneras de mirar el mundo y representarlo ya no son adecuadas a los nuevos procesos globales, es necesario buscar nuevas formas. Esta es la tesis que Eric Hobsbawm nos plantea en el capitulo XVII de su obra, “La Muerte de las Vanguardia: Las artes después de 1950”. El constructivismo, futurismo, dadaísmo, expresionismo, cubismo, abstracción, el Bauhaus, ente otras representaciones artísticas, englobadas todas dentro de lo conocido como Vanguardias, intentaron crear nuevas formas de comprensión y representación del mundo, pero Hobsbwam nos sostiene que estuvieron lejanas de alcanzar su propósito. Los nuevos desarrollos tecnológicos y la producción en masa permitieron que las artes se alejaran de la “alta cultura”, las vanguardias se hicieron estandarte de lo cotidiano y lo masivo, buscaban llegar a la “Cultura Popular”.
La reformulación de pensar revolucionariamente el arte y su relación social poseía un fracaso innegable. La revolución tecnológica tuvo consecuencias políticas y culturales, el arte se transformó en un medio de consumo (y además masivo), la televisión desplazó al cine y la radio, las artes mayores se desplazaron a nuevos territorios; el desarrollo de la “modernidad” y el intento de crear un arte que representara culturalmente a la sociedad estaba destruyendo completamente a las vanguardias. El arte necesita libertad para expandirse, delimitar su inspiración a políticas de consumo evidentemente mermaba su condición de expresión cultural y con ella la capacidad de representar las mentalidades culturales. Esto también se debía a que el hombre situó a las artes y las ciencias análogamente, ósea, el desarrollo de las artes siempre debía ser más grande y mejor que el anterior (como pretenden las ciencias superarse así mismas). Hobsbawm nos sostiene que no existía en la sociedad un consenso sobre como expresar y entender los tiempos. Precisamente esa lógica dispersa permitió la proliferación de un gran número de movimientos artísticos (cada uno ofreciéndonos una manera de expresar la realidad). He aquí la manifestación de la Cultura Popular que Hobsbawm descubrió, la modernidad del siglo XX no descansa en los estilos artísticos que tratan de expresarla, sino en su constante inestabilidad y permutabilidad, es el tiempo de los cambios.
El mercado de masa redujo las formas de arte tradicional (pintura, escultura, etc) a las elites, la Cultura Popular se desarrollaba por medio de la televisión, el cine, la radio, la música pop, etc. Las imágenes artísticas eran convertidas en iconos del consumo masivo, la creación artística no ha podido adecuarse a este periodo de “reproductibilidad” (como señala Hobsbawm citando a Walter Benjamín), las artes visuales (todos los tipos de pintura: grabados, litografías, retratos, pinturas de genero, entre muchas más) están compitiendo con la reproducción fotográfica y su triunfo está alejándose. Esta ganando la mecanización del arte por sobre la reproducción tradicional. Hobsbawm sostiene que la capacidad de la fotografía de representar como el ojo humano un determinado suceso (objetivo) triunfa por sobre el intento de la pintura por representarnos sentimientos humanos (subjetivo). El siglo XX, concluye, pertenece a la fotografía no a la pintura.
Por la breve extensión de este ensayo hemos dejado de lado muchas temáticas interesantísimas sobre las metodologías históricas de Peter Burke y Eric Hobsbawm, pero hemos tratado de exponer la similitud que poseen estos historiadores en relación a la conexión existente entre las artes y la sociedad, la Cultura Popular y la alta cultura, entre la historia desde abajo y la desde arriba. La necesidad de abordar la cultura desde todos sus aspectos y aristas ha sido una máxima en la evolución de la Historia de las Mentalidades, desde su nacimiento en Alemania en el siglo XVIII y su posterior desarrollo en la Escuela francesa de los Annales, Hobsbawm y Burke saben que el conocimiento de la naturaleza social y la lectura interpretativa de las culturas les permitirá descubrir la identidad de una época, la capacidad que tiene una sociedad de leerse e interpretarse a si misma. Esta es la tarea de estos profesionales de la historia cultural, tratar de descubrir la esencia de las mentalidades humanas, el “Zeitgeist”.


Bibliografía temas relacionados: historiografía de la cultura y muerte de las
Vanguardias.
- Burke, Peter – “What is Cultural History” Malden, MA: Polity, 2004.
- Burke, Peter – “Formas de Hacer Historia” Editorial Alianza, España 1993.
- Hobsbawm, Eric – “Historia del Siglo XX” Buenos Aires, Crítica, 1998.
- Hobsbawm, Eric – “Sobre la Historia” Editorial Crítica, Barcelona 2002.

miércoles, 22 de agosto de 2007

"Javiera Carrera Bla Bla Bla" de Sergio Barrientos Roman


Javiera Carrera llegó a fastidiarme tanto que finalmente tuveque matarla.La primera vez fue en la playa junto al Pacífico y bajo una luna extraordinaria, después de beber hasta la borrachera, en verano.Javiera tenía los pantalones abajo, a la altura de los tobillos, y conservaba puesta su polera doblada sobre los pechos, y toda la arena estaba llena de semen y fluidos.Después me encontró sosteniéndola por el brazo mientras ella vomitaba a la luz de los faros, con su aire juvenil y petulante, los negros cabellos desordenados por el tibio viento del verano. Luego volvimos al coche, apagamos las luces y yo dije: "Vamos de nuevo".Y ella dijo: "No, no deberíamos".Y yo dije: "¿Por qué no?", y para ese entonces ella estaba ya excitada, de modo que lo hicimos de nuevo, y yo pasé las manos sobre su espalda por debajo de su ropa y la apreté contra mí y sentí la larga suavidad de bebé de sus mejillas contra la mía y se durmió allí y estaba empezando a aclarar cuando volvimos a casa.Después de ésa, lo hicimos varias veces más en el coche y en la playa, y una vez que su familia estaba ausente nos quitamos toda la ropa y luego la estuve mirando dormir como una bebé con la boca entreabierta.Ese otoño Javiera contrajo cólera y yo iba a verla todos los días y su madre me servía limonada y una vez su padre me sirvió una botella de cerveza y me convidó con un cigarrillo. Cuando mejoró fuimos en coche a peñuelas, alquilamos un bote y nos íbamos a pescar y nos acostábamos en el fondo del bote, abrazados, sin hacer nada. Un sábado exploramos una vieja cantera y descubrimos una cueva y nos quitamos los pantalones en la mohosa oscuridad.Recuerdo que la última vez que la vi fue en uno de esos días grises y opacos que se dan en la costa en otoño.Habíamos salido al campo en el coche para cazar sabandijas con mi escopeta, y caminamos por el bosque de otoño sin descubrir nada que cazar y ella estaba silenciosa y hosca; nos sentamos en un tronco y ella se miraba las zapatillas hasta que por fin me dijo que no podría verme de nuevo."Pero, ¿por qué Javy? ¿Por qué?"Si tú no lo sabes yo no puedo explicártelo. Volvamos al coche."Hicimos el viaje de regreso en silencio y cuando llegamos a su casa abrió la portezuela y bajó. Durante un segundo me miró como si fuese a decirme algo, luego se volvió bruscamente y avanzó por el sendero de las lajas hacia la casa. Yo me quedé allí sentado un minuto mirando la puerta cerrada.Después, atontado, me fui a casa.Una vez que el coche estuvo en el garaje apoyé la cabeza en el volante, y lloré restregando la mejilla contra los rayos de acero. Por último mi madre gritó desde la ventana de arriba si pasaba algo y por qué no entraba a la casa. Me sequé las lágrimas de la cara, entré y dije que me sentía mal y me fui arriba a la cama. Mi madre me llevó un plato de tortilla a la cama pero yo no podía comer y lloré toda la noche.Después de eso la llamé varias veces por teléfono pero ella siempre colgaba al oír mi voz. Y le escribí una larga carta que nunca me contestó. Tres meses más tarde cuando leí en el diario que había muerto en un accidente de automóvil, mi madre dijo:"Oh, ésa es la hija de los Carrera. Antes solían ser ustedes muy amigos, ¿verdad?".Yo respondí: "Sí, madre", sin sentir absolutamente nada. Y me conseguí un barril de whisky falsificado.
Sergio Barrientos Roman
Licenciado en Literatura, Universidad Adolfo Ibañez

lunes, 20 de agosto de 2007

"La Enfermedad de Cristo" de Sergio Barrientos Roman


Todas las víctimas de la enfermedad compartían, como luego se demostraría en las autopsias, una anormalidad común: por sus venas no corría sangre sino una supuración de un color amarillo verdoso que emanaba un espantoso hedor. La enfermedad se propagó con gran rapidez al continente africano, y desde allí a Europa y América.E la primera fase, las víctimas sufrían extrañas alucinaciones, convencidas de que estaban dotadas de poderes milagrosos, de modo que corrían de un lado a otro aplicando sus manos sobre cualquiera que encontrasen y estuviese enfermo o lisiado de algún modo. Los aquejados por este mal eran especialmente molestos en los hospitales, donde irrumpían en las salas de operaciones y de partos. Esta fase solía durar algunas horas, tal vez días.Seguía una fase violenta, en la cual la víctima acusaba a cualquiera que se le cruzara en el camino de traicionar al Hijo del hombre. y algunos, en su demencia fanática, se sintieron impulsados a descargar de sus temibles lanzallamas de fabricación casera o de extraños engendros eléctricos; o bien hacían uso sangriento de espadas y hachas. La fase terminal se manifestaba en congoja, apatía y muerte.El pastor sacrifica un niño sobre un altar con un serrucho oxidado y engulle un cáliz con sangre.Se ha observado que policías y militares comienzan en la fase violenta en pleno desarrollo; su capacidad destructiva sólo se limita por un alto índice de hemorragia cerebral.Se estima que cien millones murieron debido a la enfermedad de Cristo. Pero aquellos que mueren son nada comparados con los sobrevivientes.“soy el camino. Nadie llega al padre si no es por mi.”Imaginen cientos de miles de profetas, todos diciendo con absoluta convicción “soy el camino”, juntando discípulos, incluso obrando milagros. Los efectos especiales han progresado mucho desde los tiempos de Jesús.Veamos, Cristo predica “ofrecer la otra mejilla”. Si algún hijo de puta roba la mitad de tu ropa, tienes que darle la otra mitad. De acuerdo a esto, los enfermos acechan a los asaltantes en las calles y, al verlos, se desnudan. Muchos asaltantes desafortunados fueron aplastados debajo de un montón de Cristos desnudos en plena pelea.Los Perdonadores Implacables, variante de la Enfermedad de C., llegarían a cualquier extremo con tal de encontrar un enemigo y perdonarlo. El padrino de la mafia se ha atrincherado en su refugio, no vaya a ser que un padrino rival entre a hurtadillas y colapse en sus brazos para perdonarle todo, efusivamente. Los criminales se agolpan en las comisarías de barrio y tienden las manos para que los esposen. No lo duden, hermanos y hermanas, el amor es la solución.Dejen que el amor emerja de un sombrero. Dale el beso de la vida. Introduce la lengua en su garganta para sentir el sabor de lo que ha comido y bendice su digestión, hasta sus intestinos y ayúdalo a mover su comida. Hazle saber que veneras su ano como parte del todo inefable. Hazle saber que tienes un temor reverencial por sus genitales, porque son parte del plan maestro, de la vida en toda su diversidad.No desfallezcas. Haz que tu amor entre en él y penétralo con el Lubricante Divino que, en comparación, hace que la vaselina parezca papel de lija. Es el lubricante más mucilaginoso, el más baboso y el más rezumante que jamás hubo o habrá, amén.Se lo conoce como el Espíritu Grasiento, que los amará de arriba abajo, por dentro y por fuera. Pero hay quien dice que los amantes no son más que viles y podridos vampiros que merecen ser empalados antes de que nos amen hasta convertirnos en una sopa espesa y sabrosa y nos sorban a todos. El “Plan Maestro”, lo llaman.
Sergio Barrientos Roman
Licenciado en Literatura, Universidad Adolfo Ibañez.

"CESARION" de Constantino Cavafis





En parte para aclarar bien una época,

en parte también para pasar el tiempo,

ayer por la noche tomé para leer

una colección de inscripciones de los Ptolomeos.

Las abundantes adulaciones y elogios para todos

se parecen. Todos son brillantes,

gloriosos, poderosos, benefactores;

todas sus empresas sapientísimas.

Y si te refieres a las mujeres de esa estirpe, también ellas,

todas las Berenices y las Cleopatras admirables.

Cuando logré aclarar bien la época,

habría dejado el libro si una mención breve,

e insignificante, al rey Cesarión

no hubiera atraído de inmediato mi atención...

Ah, hete aquí, viniste tú con tu encanto

indefinido. En la historia unas pocas

líneas solamente se encuentran sobre ti,

y así más libremente te plasmé en mi espíritu.

Te plasmé apuesto y sentimental.

Mi arte da a tu rostro una simpática hermosura de ensueño.

Y tan plenamente te imaginé,que anoche tarde, cuando se apagaba

mi lámpara -la dejé expresamente apagarse-

creí que habías entrado a mi pieza,

me pareció que delante de mí te detuviste: como si estuvieras

en la conquistada Alejandría,

pálido y cansado, ideal en tu tristeza,

esperando todavía que se apiadaran de ti

los malvados -que murmuraban la "diversidad de Césares".






Bibliografía:



"100 Poemas" Constantino Cavafis, "Cesarion" en "Poemas Canonicos 1916-1918"

sábado, 18 de agosto de 2007

Etnografía o La Descripcion Densa : La Riña de Gallos en Bali (Clifford Geertz)


Podemos acceder a las mentalidades e ideas de los hombres desde diversos caminos, cada uno de ellos nos llevará a distintos niveles de su mente. Para esto los profesionales construyen representaciones mentales y modelos que nos permitan comprender sistemicamente el funcionamiento de estos comportamientos culturales. Entendiendo cultura como un comportamiento colectivo, una relación entre varios individuos que se comunican entre si, los cuales comparten las mismas ideas o las contraponen. La interacción resultante entre los distintos hombres hace que sus mentalidades se modifiquen o reafirmen, creando un complejo entramado de relaciones comunes y disímiles que se manifiestan a través de costumbres; ritos; creencias; modos; idiomas; configuraciones religiosas, sociales, económicas, políticas, etc. Para lograr comprender algunas de estas áreas de la vida humana se han creado distintas ciencias y disciplinas que aborden con puntualidad los elementos constituyentes de cada una de ellas; así la racionalidad del hombre ha creado: la Filosofía, la Historia, la Sociología, la Psicología, la Antropología, (sólo por nombrar algunas ciencias humanistas).
Clifford Geertz, filósofo y antropólogo, nos postula una teoría para lograr cierta comprensión de una cultura determinada a través de la interpretación de la simbología de las costumbres. Él creó lo que se denomina método etnográfico, sistema basado en la descripción (“Descripción Densa”) de los sistemas culturales inmersos en pequeños grupos humanos relacionados completamente a su entorno; esta metodología la utilizó en una investigación cultural hecha en la pequeña isla de Bali, la cual fue expuesta en su trabajo “La Interpretación de las Culturas” que nos servirá de ejemplo para entender sus postulados.
Geertz, como antropólogo, cree que la comprensión de una cultura se logrará gracias a la observación en profundidad de los “modos” humanos, su registro y posterior análisis (establecer relaciones, seleccionar la información a utilizar, establecer genealogías; tener una bitácora de los sucesos, etc.); elementos y costumbres que en un entorno especifico otorgan identidad y representatividad a sus constituyentes. Las relaciones y comportamientos entre los individuos responden a estructuras psicológicas que guían las conductas, pero estas estructuras son constantemente modificadas por lo que Geertz cree que es imposible aplicar una ley universal a ellas o llegar a una comprensión completa de los hechos sociales. Por esto plantea que los símbolos que utiliza una sociedad son el marco de la actuación social, comportamientos expresados simbólicamente que al interpretarlos nos brindaran la clave para entender su cultura (no completamente), esto es lo que denomina la “Descripción Densa”.
Clifford Geertz trata de romper la antigua tradición antropológica de analizar desde fuera un grupo humano, propone la inmersión directa en el ambiente estudiado de Bali, busca la cercanía con la vivencia humana para lograr captar la mentalidad y percepciones de los balineses. Para traducir la simbología de las costumbres de Bali Geertz vivió, participó, compartió, festejó, e incluso escapó de la policía junto a los balineses para compenetrarse de lleno a estos hombres. Tal vez no buscaba simplemente analizar la cultura balinesa, quería sentirla, asimilarla, ver el mundo con los mismos ojos que un balines (tarea muy ambiciosa por lo demás).
Para no detenernos completamente en un su obra comentaremos el brillante análisis que hizo de una de las costumbres más representativas de Bali: la pelea de gallos. Palpando lo propiamente balines puede percibir las texturas culturales y con ello trazar la mayor cantidad posible de significaciones simbólicas. El trazado de radiografías locales; la observación de todas las aristas sociales, con toda la riqueza de detalles que ello implica; le posibilitaron a Geertz llegar a la traducción de simbologías culturales que manifestaban toda la expresión de una estructura social en un determinado contexto. La lucha de gallos es un fenómeno que se extrapola a la misma realidad social de los hombres, las apuestas realizadas en dichos eventos reflejan condición y status social, no se busca sólo la ganancia de dinero sino que el honor público, el respeto, la dignidad. La tesis que postula Geertz con su método etnográfico es que las riñas de gallos son una dramatización de los intereses de status, es una búsqueda conciente de asenso social. La apuesta y el enfrentamiento tendrán un valor sociológico aún mayor si es que entre los dueños de los gallos existe una hostilidad institucionalizada. La lucha despierta las rivalidades y hostilidades de la aldea, refuerza los grupos de parentesco, representa el ordenamiento social de una forma abstracta manifestado a través de un “juego”.
Realmente las luchas de gallos no producen ningún cambio social real, las jerarquizaciones sociales se mantienen, es muy difícil (casi imposible) ascender socialmente. No poseen proyecciones a futuro (como la posibilidad de descender o ascender socialmente), la riña se acaba y con ella toda su manifestación particular. Sin embargo ese prestigio buscado en las riñas, ideado por las mentalidades balinesas, representa la columna vertebral de la moral de la sociedad de Bali. Podríamos decir que la experiencia de la riña de gallos cumple una función representativa, es una lectura de los balineses a si mismos y sus estructuras culturales (personales, familiares, sociales, económicas y políticas). Los sentimientos de riesgo, envidia, triunfo y perdida entre los distintos dueños de gallos representan los elementos con los que está constituida la sociedad, estos sentimientos son los que amalgaman a la colectividad balinesa, les permite comprender su ethos cultural, su identidad, su sensibilidad personal.
Geertz sostiene que las luchas de gallos representan una dimensión de la subjetividad que tienen los balineses de si mismos, su violencia; su relación con la bestialidad; sus temores; su sensibilidad; la noción que tienen de la masculinidad; cada espectador lee, como si fuera de un texto, una parte de su propio temperamento. Esto no significa que la riña de gallos sea el único texto de la cultura balinesa, podemos acceder a la lectura de una cultura desde distintas aristas y percepciones, una sola lectura no se transforma en la clave absoluta de la comprensión de un mundo complejo.
Con la lectura simbólica que realiza Clifford Geertz sobre la riña de gallos (vista como un texto el cual debemos traducir) nos postula un nuevo concepto de cultura basado en la unión de una postura antropológica y una semiótica, en la cual las mentalidades, las ideologías y cosmovisiones se constituyen a partir de sistemas culturales. Se nos presenta así la cultura como una construcción en la que participan todos los individuos de la sociedad, por lo mismo que el trabajo de Geertz no es absoluto. La lectura de una faceta de la vida balinesa (la riña de gallos) no nos brinda la completa comprensión de una colectividad, la cultura está compuesta por muchos textos distintos, lo que debe realizar el buen antropólogo es saber como tener la capacidad de acceder y leer los distintos textos de la cultura de una sociedad.








Bibliografía:


- Geertz, Clifford - “Juego profundo: notas sobre las riñas de gallos en Bali”; “La interpretación de las culturas” en “La interpretación de las culturas” Editorial Gedisa
- Gombrich, E. H. “Tras la historia de la cultura” Editorial Ariel S.A.- Barcelona 1997