miércoles, 8 de octubre de 2008

Alteridad: visiones demoniacas en la construccion del imaginario americano


Introducción y discusión bibliográfica
Desde el 3000 A. de C. que la civilizaciones europeas antiguas presentían que hacia occidente existían bastas tierras, desde los primeros textos egipcios hasta los manuscritos humanistas del siglo XV podemos percatarnos del interés y el impulso que poseen los hombres a conocer y descubrir lo desconocido, lo inefable, lo invisible. Estas energías no eran ajenas a la España expansionista que además de querer definir claramente los límites del universo, quería también construir un nuevo Imperio Sacro que unificará la fe cristiana en todo el mundo. Los españoles buscarán desarrollar esta misión a partir de viajes de descubrimiento que sobrepasarán todos los límites conocidos por ellos hasta esos momentos.
¿Qué sucederá cuando los españoles descubran mundos nuevos totalmente ajenos a su realidad conocida?; ¿Donde está el problema de la asimilación de un nuevo mundo?; ¿Cómo podrán comprender los españoles del S. XVI un mundo nuevo configurado diametralmente distinto al suyo?
Nuestra investigación se enmarca esencialmente en el concepto de Alteridad trabajado en la investigación de Georges Baudot; la cuestión del Otro, la visión que formaron y crearon los españoles (y otros europeos, como italianos, franceses y portugueses) de lo inefable, de lo insospechado, lo desconocido, lo que estuviera fuera de los parámetros de su racionalidad. Las dificultades que encontraron los españoles para configurar los nuevos descubrimientos dentro de su forma de ver el universo los impulsaron a estructurar el nuevo mundo a partir de sus propios parámetros; lo desconocido y alejado de su racionalidad se estructuraba a partir de su imaginario particular. Todo lo desconocido pasa a configurarse como Monstruosidad, lo inefable es Monstruoso, los nuevos hombres americanos se construyen en el imaginario español como si fueran monstruos de muchas cabezas, peludos, enormes, con piernas de animales y brazos de aves, Etc.
También revisaremos los conceptos que Emmanuel Lévinas expuestos en su obra “Entre nosotros: ensayos para entender al otro”, para obtener un conocimiento más acertado de los procesos de alteridad; dentro de este contexto, ¿Cómo podremos entender lo desconocido sin saber donde terminan los limites de lo conocido? Para esto revisaremos “Crítica de la Razón Pura” para entender filosóficamente como operan las coordenadas que sostienen la realidad (tiempo y espacio), Immanuel Kant sostiene que dentro de estas coordenadas el hombre construye mentalmente la realidad, ésta correspondería a un imaginario de lo que el hombre percibe del mundo. Será necesario revisar algunos conceptos de Foucault para poder comprender como el hombre percibe una realidad, cómo este le da significación a las cosas para entregarnos lo verdadero – a partir de esto ofrece el Discurso científico como método de aproximarnos a la “verdad”-, postulando que la representación que lo hombres dan a los signos de la naturaleza, es solo eso, una representación en sentido literal. Este es el punto de partida de nuestra investigación, tratar de entender la relación entre signo y su lectura, cómo se estructura el imaginario y cómo este opera.
Revisaremos especialistas en el tema de la monstruosidad y alteridad teniendo siempre presente las máximas de los autores antes mencionados, para así poder enriquecer nuestra lectura sobre los procesos mentales de los conquistadores europeos del siglo XVI; consultamos a Elena del Rio Parra “Una Era de Monstruos, Representaciones de lo deforme en el Siglo de Oro español”; Jorge Magasich y Jean Marc de Beer “América Mágica”; Rosita Andrea Pantoja Barco “Utopía e invención: Visión fantástica de América y nuevo imaginario americano”; Margarita Lira “La representación del indio en la cartografía de América”; entre otros. Además revisamos distintas obras que nos revelen el porqué de esta estructuración mental, el porqué de los prejuicios españoles que viajan al Nuevo Mundo; y también las visiones esperanzadoras mágico-fantásticas que lo impulsan a comprometerse a esta empresa de conquista. Podríamos nombrar algunas obras – unas en coexistencia, otras en oposición- como la obra de Elsa Cecilia Frost, “Ideas y presagios del descubrimiento de América”; Bernardo Berdichewski Scher “En torno a los Orígenes del hombre americano”; Lucía Invernizzi Santa Cruz “Imagen de América en la Crónica del siglo XVI”; entre otros.
Este ensayo se sustentará en el análisis de obra realizadas por distintos historiadores -e investigadores de otras disciplinas- que trabajan el tema de la monstruosidad, mitología y leyenda americana, comunicación y acceso a las representaciones culturales; algunos de estos trabajos son sólo descriptivos, pero la revisión de las distintas posturas me permitirá realizar un juicio más certero y acabado sobre la constitución y estructura de la Alteridad sobre lo imaginario en la conquista de América.

Área metodológica
En la llamada “Revolución Historiográfica Francesa”[1] (entre 1929 y 1989) se ampliaron los límites de la historia, se intensificó la especialización y la particularización de las temáticas a trabajar por los distintos profesionales. Tradicionalmente la historia se trabajaba y centraba en la historia política, la historia económica, la historia de los grandes acontecimientos bélicos o en la vida de los grandes hombres, pero desde que Lucien Febvre y Marc Bloch fundaron la Revista de los Annales en 1929 la historia ha tenido un desarrollo sin precedentes.
Los primeros intentos por consolidar una nueva historia se enfocaban principalmente en combatir los antiguos cánones establecidos para la creación histórica, ampliar la investigación con nuevos métodos interdisciplinarios. La segunda generación, representada por Fernand Braudel, perfeccionó la investigación histórica al introducir la explicación de los procesos de “duración” (“corta, mediana y larga duración”) que en definitiva es el análisis de los acontecimientos y sus persistencias en el tiempo.
La tercera generación no posee una línea clara de investigación pero podemos percibir un gran interés por la investigación de temáticas culturales. Historiadores como Le Goff, Duby y Pierre Nora encabezaron esta generación ecléctica, heterogénea, la Nueva Historia. Esta tercera producción responde a nuevas necesidades, a nuevas interrogantes, ahondando en la antropología, en la sociología, la psicología, etc. Es la Historia total, que pretende no dejar ningún lado del conocimiento humano sin investigar. Es así como nace la Historia de las Mentalidades y de las representaciones colectivas.
La Historia de las Mentalidades trata de descubrir las estructuras sociales representadas en las expresiones culturales y estas serían generadas a partir de construcciones mentales colectivas. El estudio de las mentalidades nos revela elementos que nos permitirán comprender la configuración identitaria de las distintas sociedades en su colectividad. Las representaciones o imágenes generadas por la colectividad nos permiten comprender de qué forma esa sociedad determinada ve y comprende el mundo, su realidad y existencia.
En nuestro trabajo trataremos de descubrir e investigar la estructura de aquellas representaciones colectivas creadas por el Uno y el Otro (Alteridad) según como cada cual se percibía, según la mentalidad colectiva de cada uno de los bandos.
Creemos que el análisis de las representaciones “monstruosas” -creadas por los españoles- corresponde a procesos enmarcados completamente en el ámbito de la Historia de las Mentalidades, puesto que estas construcciones son originadas a partir de la imaginación y de alguna u otra forma estructuradas por el pasado medieval, el cristianismo e incluso las tradiciones culturales greco-romanas. Este estudio se puede enmarcar también dentro del área de la Historia de la Cultura, ya que tratamos de descifrar los códigos culturales que movían y fundamentaban las creaciones monstruosas de los españoles en el descubrimiento de América, estas nos presentan una determinada forma de comprender la realidad, una particular visión del mundo estructurada de su sistema realidad cultural.
Comenzando con estas apreciaciones creemos que nuestro trabajo es viable, pensamos que se puede desarrollar una investigación seria en torno a estos conceptos; una temática cultural podrá estudiarse siempre y cuando se tenga clara visión de aplicar y practicar una metodología interdisciplinaria. Por eso revisamos fuentes, monografías, ensayos y artículos, sobre historia, literatura y filosofía para poder acceder al sentir de una época, o por lo menos intentarlo.
[1] Burke, Peter – “La Revolución Historiográfica Francesa”

miércoles, 30 de julio de 2008

Lenguaje y Comunicación en el arte figurativo - "Mexico and The Mexicans" / Sartorius & Rugendas


Algunos propósitos
Alexander von Humboldt entre los años 1799 y 1804 se embarcó al encuentro cultural de Alemania con el Nuevo Mundo, con esto se generó un dialogo científico-artístico que provocó interés en los más variados profesionales, impulsando a estos a tomar la empresa de descubrir América Latina. Johann Moritz Rugendas fue uno de los artistas que se sumó a este desafío; entre 1822 y 1825 -por contrato del baron Georg Heinrich von Langsdorff- este artista cumplió funciones de naturalista por todo Brasil, adquiriendo nuevas experiencias que le demostraban los grandes contrastes naturales, sociales, económicos y culturales en comparación al Viejo Mundo, plasmando las mismas en “Voyage pittoresque dans le Brasil”. El respaldo que tuvo con Humboldt le sirvió para obtener su segundo trabajo importante a desarrollar en América, entre 1831 y 1834 viajó, pintó, plasmó los paisajes, la sociedad, las costumbres, lazos sociales en los mexicanos, consolidando su aguda y sugerente obra en “Mexico and the mexicans”, investigación creada por Carl Christian Sartorius en 1859 que pretende dar un acercamiento serio a la realidad cultural mexicana a partir de los grabados de Rugendas.
Es esta obra la que nos interesa para el desarrollo de nuestro ensayo, Rugendas como pintor naturalista-romántico, pero también como viajero-científico, poseía conocimientos – o al menos nociones- sobre geografía, zoología, botánica, geología, entre otros; por lo tanto sus obras están cargadas de conocimientos que tratan de comunicar algo a su espectador. Si bien era un artista influenciado por los movimientos pictórico-literarios románticos, su formación academicista siempre lo llevó a preocuparse por el dibujo y la complejidad del conjunto representado en las obras. Era un artista de subjetividad controlada a la hora de configurar el lenguaje plástico, siempre tuvo la finalidad de crear un nexo informático con su interlocutor. Paralelamente en Alemania el filosofo Schelling[1] -en relación a las artes, el espectador y el lenguaje- sostiene: “El arte figurativo, según una antigua expresión, debe ser un poesía muda”; a esto se refiere que: “del mismo modo que la poesía, debe aquel arte expresar pensamientos del espíritu, conceptos cuyo origen es el alma, pero no por el lenguaje, sino, como la silenciosa naturaleza, por medio de configuraciones, por medio de formas, por obras sensibles, independientes del lenguaje”[2]. Con esto Schelling no nos dice que el arte no puede estructurarse como un sistema de lenguaje, con lo anterior plantea en realidad una distinción entre las formas de comunicación del lenguaje convencional y el artístico.
La riqueza de contenido presente en los grabados de ““Mexico and the mexicans” realizados por el bávaro nos llaman a realizar este ejercicio asociativo de metodologías. Con este breve trabajo nos proponemos conseguir una lectura personal para crear un dialogo con la representación artística de Rugendas, tratamos de encontrar herramientas metodológicas que nos entreguen nuevas aproximaciones a la obra de este artista. Para esto trabajaremos distintos conceptos de los representantes principales del desarrollo de la iconografía, iconología, teoría estética, teoría técnica, entre otras, en la evolución de la Historia del Arte y la Historia de las mentalidades.
Pretendemos comprender además como se estructuran los diálogos entre artista y espectador, y ¿hasta que punto ese dialogo es completamente asimilado por el receptor?; ¿como podemos percibir el dialogo entre ambos, se genera empatía y objetividad en la interpretación?, son algunas de las incógnitas que trataremos de revisar, sin querer acotar la viabilidad a que otras metodologías de investigación generen nuevos caminos en la aproximación de fuentes gráficas. Este es un ejercicio que realizamos continuando con otro estudio que hemos desarrollado sobre Johann Moritz Rugendas anteriormente, con esto buscamos observar la obra de este artista desde una perspectiva diferente que nos entregue nuevas problemáticas sobre la lectura de la obra de arte como testimonio histórico; además, rescatar también la obra y tratar de constituirla como fuente directa para la construcción del discurso histórico. Antes de comenzar con el ensayo haremos una pequeña presentación de la obra trabajada para entrelazar conceptos con la fuente a interpretar en el trabajo de Carl Christian Sartorius.
Los grabados presentados en “Mexico and the mexicans” fueron realizados por G. M. Kurtz como copias de los trabajos hechos por Johann Moritz Rugendas en formato “aguatinta”; estos trabajos (18 sketches en total más la portada) fueron creados en la modalidad del “grabado en hueco” o intaglio, método conocido también como talla dulce.
Las líneas y trazados de los dibujos de Rugendas son primero grabados en una plancha, en este caso sobre una plancha metálica de acero, utilizando buriles, bruñidores, raedores y graneadores, según el efecto visual deseado. Posteriormente los trazados son rellenados con tinta manualmente, luego se limpia la superficie de los excesos de tinta. La impresión que se obtendrá de este proceso se realizará prensando el papel con un tórculo. Sartorius optó por el grabado a base de materiales metálicos puesto que brindan más calidad de impresión, más detalles y una mayor gama de grises que el grabado en madera (aunque este sea considerablemente más barato). Sartorius escoge este formato al optar por la mejor calidad para presentar sus conocimientos interpretativos sobre las obras de Rugendas, sobre los aspectos sociales, culturales, geográficos, etc. de México.
La motivación de Rugendas y Sartorius es evidente, crear un dialogo directo entre espectador y obra, lograr una comunicación clara que presentara la experiencia americana; dar a conocer así las maravillas de este exótico Nuevo Mundo a Europa.


[1] Schelling, (“Philosophischen Schriften”, t. I, Landshut, 1809) filosofo alemán representante de una estética idealista del contenido en las obras, impulsor de la teoría estética especulativa. Reflexiones presentadas en el discurso en la onomástica del rey, con fecha 12 de octubre de 1807, en la Academia de ciencias de Munich.
[2] Schelling – “La Relación de las artes figurativas con la naturaleza” – Editorial Aguilar, Buenos Aires, 1954 / Título original: “Ubre Das Verhältniss Der Bildenden Künste Zur Natur” del discurso de Schilling 12 de octubre de 1807, en la Academia de ciencias de Munich.

lunes, 14 de julio de 2008

La Casa Amarilla de Valenzuela


El barrio Cerro Castillo -antes de adquirir su geografía característica- estaba unido a las colinas que dividían Valparaíso y Viña del Mar, este formaba parte de un sólo conjunto de cerros, los actuales barrios de Recreo y Agua Santa. La construcción del ferrocarril en el SXIX modificó y separó estos dos barrios de Cerro Castillo, por donde actualmente cruzan las avenidas Viana y Álvarez. En la época colonial este barrio recibía el nombre de “La primera hermana”, siendo la primera colina que definía el vasto territorio de la hacienda “Las siete hermanas” del señor Francisco Álvarez. Este sector está completamente relacionado al desarrollo urbano de la ciudad, en él podemos observar los hitos que marcaron la estructura de formación como balneario en Viña del Mar presentándonos una serie de ejemplos característicos de las viviendas de esparcimiento de las familias más adineradas, entre estas destacan las obras de la oficina de arquitectos Browne-Valenzuela, particularmente la casa amarilla neogótica en Vista Hermosa 542.
La imagen de Viña del mar ha cambiado mucho desde los inicios y evoluciones que tuvo a partir de 1900. Actualmente su línea costera está compuesta por una seguidilla de balnearios, paseos peatonales y espacios de carácter público, realidad muy distinta a comienzos de 1900 en los que estos espacios entraban en pugna entre un desarrollo urbano de esparcimiento (balnearios) y la creación de áreas industriales (como el matadero de Cerro Castillo, frente al Casino de Viña del Mar). El análisis de este contraste entre dos formas de estructurar el desarrollo urbano nos brindará información importante para comprender el contexto social de la época; a partir de este, tratar de entender por qué la industria inmobiliaria de Manuel Valenzuela utiliza determinados elementos formales y estructurales para la construcción de viviendas en el sector de Cerro Castillo y las áreas adyacentes.
Dentro de este contexto:
- ¿Cómo se explica el surgimiento de grandes chalets y mansiones creadas para las clases más altas de la sociedad local, a partir de la constitución de los balnearios de Miramar y Recreo?
- ¿De que forma influyó a los nuevas construcciones instaladas en la franja que separa Valparaíso del estero Marga Marga -enfocándonos en Cerro Castillo- la construcción del ferrocarril que unía Valparaíso y Santiago?
- ¿Qué relación tiene la obra de la oficina de arquitectos Browne-Sepúlveda -para el caso de la casa amarilla- dentro de líneas historicistas de los arquitectos que edificaron en residencias de Cerro Castillo y los sectores aledaños a este?
- ¿A que responden los modelos arquitectónicos europeos (neo-gótico, neo-colonial, estilo tudor, etc.) utilizados para la construcción de casonas en esta zona?; ¿Buscan elementos netamente formales o también a necesidades materiales y estructurales?

En la ultimas dos décadas del siglo XIX, Viña del Mar se configuró como la zona industrial de Valparaíso, pero al mismo tiempo una zona residencial alejada del puerto, una especie de suburbio para las elites porteñas. El surgimiento de grandes casonas en Viña del Mar, particularmente en Cerro Castillo, no fue un acontecimiento aislado; el sector de Cerro Castillo se transformó en un terreno común, coexistiendo construcciones industriales, comerciales, grandes chalets pero también casas y ranchos populares.
Todo este desarrollo nunca se habría producido de no ser por la creación del ferrocarril Valparaíso-Santiago en 1855, que luego unió además la estación Barón con la Miramar, comunicando Viña del Mar a las otras dos ciudades. La unión produjo un aumento del valor-tierra en Cerro Castillo (y en general de todo el litoral) lo que despertó el interés de la industria inmobiliaria por edificar casonas y chalets; pero también por sus espacios planos cercanos a la desembocadura del Estero Marga-Marga (para la obtención de agua y como sistema de desagüe de desechos), interesó a comerciantes para edificar emporios comerciales e industrias. El tren y sus nuevas estaciones permitían el viaje de las familias adineradas desde Santiago a sus nuevas casonas, pero también posibilitaba a las industrias comercializar y distribuir sus productos. El ferrocarril simbolizaba la llegada del progreso a la ciudad.[1]
Cerro Castillo se presentaba como una oportunidad urbana que aligeraría la congestión urbana de Valparaíso, la cual ya estaba produciendo problemas de higiene por mezclar sectores industriales con residenciales. Los mismos bordes de la línea férrea ya estaban rodeados de viviendas precarias de los obreros que trabajan en la construcción de la misma; en torno a estos se articularon nuevos residentes provenientes de los valles del interior y de Valparaíso. Se crearon conventillos, ciudadelas o barracones, residencias entregadas por el dueño de la industria.
Ya para la segunda mitad del siglo XIX Viña del Mar poseía una alta densidad poblacional, la cual se desarrollaba en un espacio muy reducido; el crecimiento urbano se vio obligado a dirigirse a los cerros aledaños al plan. Este crecimiento sobre los cerros cercanos a la estación Miramar se explica por un lado por las nuevas conexiones férreas, pero también por el movimiento humano que provocó el terremoto que golpeó a Valparaíso el 16 de agosto de 1906. Este sismo mató a miles de personas aplastándolas bajo los pesados escombros de las casas de ladrillos, esto también explica los nuevos métodos estructurales utilizados por Valenzuela en la casa Vista hermosa 542 (madera y otros materiales livianos).
La fundación de la estación Miramar por el doctor Teodoro Von Schroeders, además de la importante gestión de Luís Barros Borgoño y Alfredo Azancot -arquitectos del Palacio Rioja y el Palacio Carrasco- sobre el litoral circundante a Cerro Castillo impulsaron la construcción residencial; ellos rellenaron los arrecifes de la playa de Recreo para que se constituyera en 1910 un balneario del mismo nombre. En torno a Caleta Abarca se dispondrían terrenos para la construcción de hoteles, balnearios, restaurantes que potenciaran aún más el carácter de balneario de la ciudad, esta política aparentemente fue una propuesta entregada por Benjamín Vicuña Mackenna al municipio, instancia creada en 1878.
La mayoría de las ciudades de Chile han sido fundadas en el interior, debido a los fuertes lazos económicos, agrícolas y mineros practicados desde la conquista. La administración republicana del siglo XIX dará el impulso a la urbanización de zonas en los litorales del país, la zona del Gran Valparaíso -que incorpora el barrio Cerro Castillo- para el año 1873 ya registraba 271 permisos de edificación, de los cuales un alto porcentaje corresponde a arquitectura mayor. El ejemplo de Valenzuela refleja el resultado de este vertiginoso proceso constructivo ciudadano, impulsado principalmente por un número considerable de construcciones encargadas por estratos superiores de clase media; además de la migración de grupos con rentas importantes que activaron dinámicamente el mercado inmobiliario. En este proceso destacan viviendas de organización planimétrica con varias dependencias, generalmente irregulares, en la que la cercanía a las principales avenidas refleja cierto status social, particularmente en el barrio observado.
Las nuevas conexiones del tren y la creación del municipio de Valparaíso permitieron el crecimiento de Viña del mar, instalando nuevas industrias, tiendas comerciales, instituciones, grandes casonas y también otras sencillas, todo producto del desarrollo económico del puerto de la región. Dentro de este contexto, una configuración ciudadana en pugna entre la industrialización y el ocio, es en el que Manuel Valenzuela construye la “casa amarilla” en Cerro Castillo, una edificación en contraste con el ambiente industrial del mismo sector.
Poco se ha escrito sobre la relación entre ocio y producción industrial en el litoral de la quinta región, estudios como los de Luz María Méndez, María Ximena Urbina y Paulina Huerta[2] nos entregan datos importantes sobre la relación industrial-balneario como una parte importante en la conformación de la cultura nacional. La información obtenida nos permite percatarnos que durante el siglo XIX las construcciones residenciales e industriales coexistían utilizando espacios comunes, la casa neogótica de Valenzuela se construye dentro del monopolio portuario industrial como un ejemplo del desarrollo económico que los comerciantes del mismo obtuvieron a comienzos de 1900. En contraste, la creación de balnearios en el litoral del Gran Valparaíso, particularmente Caleta Abarca –a los pies de la casona de Vista Hermosa- responde a la influencia de inmigrantes alemanes, franceses e ingleses que importaron la moda del uso de baños públicos en sus naciones en el siglo XVIII.[3]
La creación de infraestructura industrial alrededor de Cerro Castillo deterioraba las nuevas construcciones del balneario y de la casa-Valenzuela; estas construcciones se sostenían bajo capitales privados que dependían a su vez de las ordenanzas de la Intendencia, la cual detenía el desarrollo de casonas prohibiendo su edificación por entorpecer las actividades comerciales del puerto y la distribución de sus productos por medio del ferrocarril. Además los mismos terrenos de edificación de Cerro Castillo y Caleta Abarca eran utilizados como almacenes de “mármoles” y depósitos de arena, estos luego se usarían como materiales de construcción de líneas férreas. La Intendencia demostraba su claro interés por crear instancias comerciales más que turísticas, esto se explica por la baja retribución de capitales que ofrecían construcciones residenciales, como la de Valenzuela, en contraposición a las retribuciones percibidas por la industria portuaria; los primeros loteos destinados a sectores residenciales se registran desde 1880 en adelante. A su vez, la expulsión total de balnearios en Valparaíso en el último tercio del siglo XIX promovió el desarrollo de estos en Viña del Mar.[4]
La ausencia de casonas en Vista Hermosa antes 1880 se explica también por el desinterés de las clases más adineradas por la costa, aún mantenían las costumbres agrarias históricas del Chile colonial, acostumbrados a vivir en el interior de la agro-industria o de la minería. Además la mayoría de los lotes estaban ocupados por fábricas que encontraron en las laderas de Cerro Castillo un lugar propicio para instalarse, junto a la rivera del estero por ejemplo se construyó la novedosa – para la ciudad a comienzos del siglo XX- refinería de azúcar de Viña del Mar (arriendo a concesión por Dolores Pérez de Álvarez y Julio Bernstein en 1870). Esta refinería es fundamental para comprender el establecimiento de grandes casonas, como las de Valenzuela, y de otras cercanas a las laderas de Cerro Castillo, puesto que esta industria contaba con un sistema de alumbrado generado por gas; posteriormente 1882 fundaron la Viña del Mar Electric Company que amplió el servicio a toda la ciudad al norte del estero, hacia la población Vergara.
La segunda industria fabril, exitosa por lo demás, que representó un choque al desarrollo residencial de Cerro Castillo fue la creación del Matadero en 1870 – ubicado en la ladera oriente, frente a calle Valparaíso-, este fue arrendado a concesión por los mismos dueños -Pérez de Álvarez y Arlegui-, que dentro del periodo de arriendo de 9 años se comprometían a no perjudicar las recientes residencias construidas en los bordes del mismo cerro, pensando también en el desarrollo que estas tendrían en el futuro cercano. Sí bien el crecimiento residencial en Cerro Castillo comenzó a acelerarse, también lo seguían haciendo los sectores industriales.
Además de las dos fábricas o faenadoras recién citadas podríamos nombrar también la Barraca de Berger instalada entre 1872 y 1874 en Caleta Abarca, el desarrollo industrial de la ciudad impulsó por esto a Federico Von Schroeders a habilitar un nuevo balneario en Miramar (actual desembocadura del estero); la Fábrica de Pólvora de Luís Pomar inaugurada en 1876 (perteneciente a la casa Gevelot y Cía.), esta no duro muchos años abierta por la necesidad de encontrar un lugar más seguro, alejado de las residencias de Cerro Castillo para no exponerlas a los peligros de un potencial incendio; la Fábrica de ladrillos y tejas con fecha de 1880 (no se tiene datos sobre dueños o arrendatarios, posiblemente pertenecían a las industrias de la familia Álvarez); las Bodegas de Viña del Mar, ubicadas en la ciudad en 1882 almacenando la producción del señor Subercaseux obtenida de sus viñedos de Pirque; la Fábrica Nacional de Ladrillos, operando desde 1898 en la población Vergara bajo la administración de Briceño y Cía.; la Maestranza Lever & Murphy, ubicada en Caleta Abarca desde 1883, instaló las habitaciones de sus obreros en el actual terreno de la “casona amarilla” de Valenzuela – donde está el actual reloj de flores abarcando parte de lo que hoy es Vista Hermosa.[5] Podríamos enumerar muchas otras industrias de importancia, pero sólo hemos nombrado las que se encuentran en las cercanías de la casa observada.
Podemos sostener que el importante desarrollo urbano organizado en Cerro Castillo nunca se hubiera generado de no ser por el terremoto de 1906; La revista “Nuestra Ciudad”, (publicada por el municipio de la ciudad en 1930) presentaba las actividades sociales, pero también diseño, arquitectura y nuevas construcciones para la zona. En estos primeros volúmenes se presentaron los emblemáticos proyectos –de construcción simultánea- del Casino Municipal, el Hotel O´Higgins y el Palacio de los presidentes en Cerro Castillo, este último simboliza el apoyo del gobierno nacional para estructurar la ciudad como un balneario de esparcimiento, además el compromiso del municipio con la industria inmobiliaria instalaba la modernidad en Viña del Mar.[6] Finalmente la coexistencia entre las clases altas y el trabajo de los obreros no imposibilitaron la creación de las casonas más elegantes de la villa Vergara.
Refiriéndonos a la vivienda de Valenzuela – siendo su dueña actual la señora María Luisa Saenz-, podemos decir que busca obtener la condición de mirador, nos percatamos de esto por la construcción de su torreón lleno de ventanas rectangulares orientadas hacia el poniente, su cara oeste también cuenta con una gran cantidad de estas -11 conjuntos-, todas dispuestas hacia Caleta Abarca (fotografía 1). Se vuelca a la avenida Viana en su cara sur por medio de 12 conjuntos de ventanas (fotografía 2), más cuatro balcones –tres en madera y otro fusionado en madera recubierta de adobillo con elementos formales historicistas creados con yesería, la casa presenta características neogóticas, pero organizadas junto a elementos del eclecticismo (fotografía 3 y 4). La vivienda se emplaza como un verdadero mirador situado hacia las avenidas principales que unen Valparaíso y Viña del Mar, con amplia vista al mar y dispuesta hacia el emergente barrio de Recreo (fotografía 5). Esta posee además una dependencia construida en años posteriores que se asemeja a los modelos arquitectónicos basados en la vivienda social, una torre de 4 pisos instalada como un bloque homogéneo contrastando con el eclecticismo de la fachada original, suponemos que debe ser una ampliación creada a mitad del siglo XX.(Fotografía 6)
Una pequeña parte del patrimonio arquitectónico construido en el siglo XIX perdura, solo un tercio de este se ha mantenido en el tiempo escapando a las distintas evoluciones de la arquitectura, o solamente a la destrucción de la misma. La vivienda de Valenzuela, por su buen estado actual, representa un ejemplo en mantención y cuidado de viviendas a nivel local. Construida con una mezcla de materiales, base de madera revestida de adobillo, sobre el cual se desarrollan los pisos superiores con una mezcla de los mismos materiales alivianándolos a medida que se asciende en altura; la base actualmente se encuentra reforzada con hormigón armado, incorporando algunas murallas de ladrillo rojo como soportes laterales para algunas dependencias. En estos últimos pisos podemos notar como la vivienda se destaca entre las construidas posteriormente, que utilizan mayoritariamente las nuevas tecnologías introducidas en los 40; conceptos estructurales en los que prima el uso del hormigón armado, adoptándose como material estructural base para la mayoría de las construcciones de Viña del Mar. En Manuel Valenzuela se determinan -además de sus líneas formales- determinadas nociones estructurales, puesto que la mezcla entre madera y adobillo, (con algunos ladrillos cocidos de adobillo para los primeros pisos) demostró gran resistencia y versatilidad a los movimientos sísmicos; esta generaba una estabilidad relativa que le permitía enfrentar mejor los terremotos al otorgarle a la construcción cierta movilidad para no funcionar como un bloque homogéneo.[7]
La madera en este caso funciona en dos instancias distintas: material estructural, revestido de distintos elementos (oculto); y como material de terminación y decoración (en balcones, separaciones de pisos, líneas decorativas, etc.).
Como anteriormente hemos expuesto, las líneas constructivas respondían a factores estructurales, pero también a modelos formales importados por los inmigrantes europeos llegados a la región. Percibimos una fuerte influencia británica en las construcciones de Valenzuela, además esta se manifiesta en el comercio, la moda y las costumbres de la vida diaria viñamarina; la misma cultura del ocio en Viña del Mar proviene de prácticas europeas desarrolladas en el siglo XVIII. Se estableció así en Valparaíso la firma Fred K. Sage & Co. (creada en Londres en 1860) con sucursales en Paris, Bruselas, Buenos Aires, instalando su casa matriz en Valparaíso. Estos arquitectos construyeron importantes edificios en Valparaíso (el edificio Schwager; el edificio Grace, actual Sudamericana de Vapores; el Banco Londres, actual Santander Santiago, entre otros); en Viña del Mar edificaron una serie de chalets estilo tudor y neogóticos, con entramados de vigas exteriores a la vista, colores de contraste en la construcción, utilización de ladrillos, etc.; Manuel Valenzuela y Luís Browne trabajaban para esta firma creando casas de alta calidad que han soportado los terremotos padecidos por la ciudad.
La casona amarilla, como las análogas de Valenzuela, simbolizan el nivel de status de sus propietarios utilizando distintas líneas formales. En el caso de la casa-Valenzuela predomina el neogótico incorporando también otros referentes que han sido anexionados por necesidad, gusto en otros casos. Esta construcción ha soportado varios terremotos, sufriendo quiebres y grietas que han sido reparadas con nuevos materiales más livianos – según el arquitecto Ignacio Saavedra-, las tejas originales de la casa amarilla (de la Fábrica Nacional de ladrillos) fueron reemplazadas por nuevas, más resistentes y ligeras.
Finalizando este artículo podemos percatarnos que la urbanizaron de Cerro Castillo y de Viña del Mar, no hubiera sido posible de no ser por la conexión del ferrocarril de Santiago con Valparaíso; tampoco contaríamos con grandes casonas en Cerro Castillo de no ser por la pugna entre dos fuertes desarrollos urbanos – el industrial y el residencial-, además la arquitectura de grandes residencias no habría tenido la influencia europea de no ser por la gran cantidad de inmigrantes extranjeros que llegaban al puerto integrando sus modas a la cultura regional.
Manuel Valenzuela edificó casas que potenciaron la visión urbana de balneario sobre lo industrial; la casa amarilla es un “faro” frente a Caleta Portales, sobrevive a las evoluciones urbanas que ha tenido la ciudad; actualmente la residencia se encuentra rodeada por dos edificios de los años 70-80 que responden a modelos constructivos basados en el concepto de vivienda social. Contrasta la casona de Valenzuela, custodiada por dos bloques macizos de hormigón armado, dentro del Balneario de Caleta Abarca.
El desarrollo de esta investigación nos ha revelado la viabilidad de “leer” una construcción arquitectónica como un documento, pero también nos presenta las dificultades de articular un relato histórico; la ausencia de datos o la exclusividad de los mismos, en manos de algunas pocas instituciones (estatales y particulares), nos revelan la potencialidad de un levantamiento de este tipo. Las gestiones y contactos con determinadas autoridades en torno al estudio patrimonial de la ciudad nos permitirán establecer investigaciones más precisas, que a futuro pueden significar un aporte a la mantención y restauración de estos documentos esenciales para la reconstitución de la historia local de Viña del Mar.


Bibliografía consultada:
- Benavides C., Juan; Pizzi K., Marcela; Valenzuela B., María Paz – “Arquitectura patrimonial del litoral” en “Ponencias Preliminares – IV Jornadas de restauración monumental y preservación arquitectónica y urbana. Segundo encuentro de especialistas americanos” Facultad de arquitectura y urbanismo. Universidad de Chile. Santiago. Comisión organizadora Departamento de diseño y teoría de la arquitectura. Facultad de Arquitectura, construcción y diseño – Universidad de Concepción, 11,12 y 13 de octubre de 1993.
- Basaez Yau, Patricio – “La ornamentación en la vivienda de madera de fines del siglo XIX” en “Ponencias Preliminares – IV Jornadas de restauración monumental y preservación arquitectónica y urbana. Segundo encuentro de especialistas americanos” Facultad de arquitectura y urbanismo. Universidad de Chile. Santiago. Comisión organizadora Departamento de diseño y teoría de la arquitectura. Facultad de Arquitectura, construcción y diseño – Universidad de Concepción, 11,12 y 13 de octubre de 1993.
- Waisberg, Myriam – “Degradación del medioambiente y del patrimonio arquitectónico en Viña del Mar. El caso de la Av. Agua Santa” en “Ponencias Preliminares – IV Jornadas de restauración monumental y preservación arquitectónica y urbana. Segundo encuentro de especialistas americanos” Facultad de arquitectura y urbanismo. Universidad de Chile. Santiago. Comisión organizadora Departamento de diseño y teoría de la arquitectura. Facultad de Arquitectura, construcción y diseño – Universidad de Concepción, 11,12 y 13 de octubre de 1993.
- Sabatini, Francisco; Cáceres, Gonzalo – “El balneario en la conformación del Gran Valparaíso, siglos XIX y XX” en Proyecto Fondecyt 1020877: “Valparaíso, Santiago y Concepción: formación de sus barrios altos entre la búsqueda de calidad de vida y la construcción de identidad social (1892-1964)”.
- Miranda, Irene; Piñera, Magdalena; Pizarro, Fernando - “La Ciudad un Espacio Educativo – Guía metodológica: ojo con Viña del Mar” Fundación Futuro / Unidad de Patrimonio Ilustre Municipalidad de Viña del Mar. Santiago 2005.
- Sabatini, Francisco; Cerda, Jorge; Cáceres, Gonzalo - “Segregación residencial en las grandes ciudades de Chile, 1970 – 1992: Concepción y Valparaíso” – Unidad de Estudios Prospectivos MIDEPLAN; Ministerio de Planificación y Cooperación Gobierno de Chile. Enero, 2001.
- Urbina, C., María Ximena – “Chalets y Chimeneas: los primeros establecimientos industriales viñamarinos, 1870 – 1920” en “Revista Archivum año IV N°5” – Archivo Histórico de Viña del Mar.
- Booth, Rodrigo – “El Estado Ausente: la paradójica configuración balnearia del Gran Valparaíso (1850-1925)” Licenciado Historia, Pontificia Universidad Católica de Chile. Ref. de Viña del Mar, Fondo Registro de Documentos Municipales, Archivo Histórico de Viña del Mar, Fondo Teodoro Lowey Archivo Histórico de Viña del Mar, Documentos Sueltos 1904-1905 y Archivo Nacional Histórico, Fondo Intendencia de Valparaíso.
- Méndez, Luz María. "Paisaje y costumbres recreativas en Chile. Valparaíso en el siglo XIX". Historia, 22:151-188. 1987.
- Huerta, Paulina (2001). "Áreas abiertas de recreación, utilizadas por el porteño (1860-1920)". Seminario para optar al título de Profesor de Historia y Geografía. Universidad Católica de Valparaíso.
- Cáceres, Gonzalo; Sabatini, Francisco. “Para entender la urbanización del litoral: el balneario en la conformación del Gran Valparaíso (siglos XIX y XX)” de Licenciatura en Historia de la Pontificia Universidad Católica. Faltan datos bibliográficos.
- Cortés, Macarena. “Un nuevo espacio de veraneo – El Cap Ducal en la génesis de la modernidad” en “Ensayos y Documentos” – ARQ. Faltan datos bibliográficos.

[1] Ref., Urbina, C., María Ximena – “Chalets y Chimeneas: los primeros establecimientos industriales viñamarinos, 1870 – 1920” en “Revista Archivum año IV N°5” – Archivo Histórico de Viña del Mar.
[2] Ref. - Méndez, Luz María. "Paisaje y costumbres recreativas en Chile. Valparaíso en el siglo XIX"; Huerta, Paulina. "Áreas abiertas de recreación, utilizadas por el porteño (1860-1920)"; Urbina, C., María Ximena. Op. Cit.

[3] Ref. - Cáceres, Gonzalo; Sabatini, Francisco. “Para entender la urbanización del litoral: el balneario en la conformación del Gran Valparaíso (siglos XIX y XX)”.
[4] Ref. - Booth, Rodrigo – “El Estado Ausente: la paradójica configuración balnearia del Gran Valparaíso (1850-1925)”.
[5] Ref. - Urbina, C., María Ximena – “Chalets y Chimeneas: los primeros establecimientos industriales viñamarinos, 1870 – 1920”.
[6] Cortés, Macarena. “Un nuevo espacio de veraneo – El Cap Ducal en la génesis de la modernidad” en “Ensayos y Documentos” – ARQ. Faltan datos bibliográficos.
[7] Consultas y referencias – Saavedra G., Ignacio, arquitecto www.optiko.cl; Kaplan, Paulina, Directora OGP, Oficina de Gestión Patrimonial de la I. Municipalidad de Valparaíso.

miércoles, 4 de junio de 2008

Tesoros Porteños


La Ilustre Municipalidad de Valparaíso realizará por tercer año la actividad “Tesoros Porteños” con motivo de celebrar un aniversario más de la nominación de la ciudad como Patrimonio de la Humanidad. Esta actividad pretende convocar a las familias e instituciones porteñas a que expongan objetos y elementos que den cuenta de la constitución histórica de la ciudad. Con ello pretendemos crear un diálogo entre el presente y nuestro pasado, puesto que revitalizando las tradiciones mantendremos viva nuestra historia y así su traspaso a las generaciones venideras.
Actualmente la reconstrucción de nuestra historia cultural está en el interés de unos pocos, no hay una participación colectiva de este proceso. La acción de reconocer el valor patrimonial de nuestra sociedad es el vehículo más importante para conectarnos con nuestra historia inmaterial, la misma que le ha dado el carácter patrimonial a la ciudad. Al reconstruir nuestras tradiciones adquirimos una identidad representativa que nos sitúa con un carácter propio y particular. El patrimonio porteño es un capital que debemos explotar, puesto que reconociendo nuestros elementos culturales la sociedad generará procesos de humanización, reconciliación social y perpetuación de conciencia histórica.
El patrimonio de Valparaíso está constituido, además de su flora, fauna, y territorio, por todas las construcciones realizadas por la sociedad, sus instituciones sociales, legales y religiosas; su lenguaje e historia material; comprendiendo todos los elementos tangibles como intangibles de la misma. El patrimonio cultural se transforma así en una “fuente insustituible de inspiración y de identidad de una nación” (PNUD UNESCO septiembre de 1997), siendo la herencia lo que sostiene nuestro pasado, dándole sentido a nuestro presente e impulsando y fundamentando nuestro futuro. El patrimonio cultural de Valparaíso nos definirá como una comunión relacionada con su origen y su porvenir, permitiéndonos encarar con personalidad e identidad los actuales procesos de globalización. Potenciando además el desarrollo de los atractivos turísticos de la misma.

martes, 18 de marzo de 2008

Marco Teórico - Desarrollo Cultural para Valparaiso


La labor de un hombre como gestor cultural para nuestra región debe comenzar desde su propia valoración y comprensión del patrimonio artístico nacional, abordando todas las expresiones de esta: pintura, escultura, música, danza, teatro, circo, fotografía, cine, literatura, historia, etc. Debemos comprender los verdaderos aportes de nuestros artistas a la sociedad, para luego entender como esta creación se compenetra con la expresión del desarrollo social de los distintos sectores de la comunidad. Los historiadores – incluyendo al que escribe – comúnmente han caído en el error de analizar la evolución y vida de las artes como un hecho desligado del propio devenir de la sociedad en la que fueron creadas; muchas veces son analizadas como una rama del conocimiento humano que responde a sus propias leyes y por lo que solo pueden ser juzgadas bajo estas mismas. Este método es cada vez más errado y contradictorio puesto que se ha tomado conciencia de que existe una fuerte unión entre las artes y su profundo arraigo a la sociedad en la que se desarrolla. Se pensaba que las artes de vanguardia de la primera mitad del siglo XX respondían a un quiebre total con lo establecido por los cánones de la sociedad, pero aquí no hay una separación sino que todo lo opuesto, es una representación, una lectura de la época convulsionada en las que se gestaron (periodo entre guerras, producción en masa, sustitución de los focos artísticos europeos por nuevos, etc.).
Se debe desarrollar una gestión cultural que no se aparte de la esencia que le dio vida, la sociedad como motor y elemento inspirador para los más variados artistas sirve como combustible para mover sus creaciones por la sociedad, que estas se compenetren, ilustren , entretengan, eduquen, hagan partícipes a los ciudadanos; que el arte y la cultura se viva. Debemos aproximar las expresiones artísticas a la sociedad y al mismo tiempo debemos revitalizar nuestras manifestaciones culturales para preservar nuestra identidad, nuestra memoria colectiva. Como estudiante de Magíster en Historia del Arte y Cultura estoy convencido que más allá de los elementos políticos o económicos de una sociedad, son los elementos culturales y sus distintas expresiones los que realmente nos permiten crear una identidad conciente como ciudadanos, pertenecientes a algo más grande que nuestra patria o a nuestros límites territoriales, es la capacidad de sentirnos todos chilenos por nuestra idiosincrasia, la manera de ver el mundo, la forma de enfrentarnos a los nuevos desafíos.
El acceso a las expresiones artísticas y culturales por parte de todos los sectores sociales nos permiten acceder a nuevas formas de leer la realidad, a nuevas estructuras mentales para comprender el mundo y poder desenvolvernos en él. Debemos acercar la sociedad a estas expresiones, debemos comprenderlas como manifestaciones de los mismos agentes sociales, como un lenguaje libre y abierto de decodificaciones variadas que presenta de una manera más sensible la postura del hombre frente a la vida diaria. El rescate y potenciación de estas actividades enriquece el espíritu de los hombres, tal como lo pensaban los griegos del siglo V a.C. en relación a la práctica de las humanidades (pintura, escultura, literatura, filosofía, etc.), éstas dignificaban, ensalzaban y enriquecían el espíritu de los hombres.
El poder educador de estas prácticas es enorme, especialmente si las representaciones están íntimamente relacionadas a nuestra vida social porteña. Por eso estas actividades deben realizarse en todas las aristas de nuestra región, comenzando en establecimientos de educación primaria para que desde muy temprana edad los niños chilenos tengan acceso, conocimiento y estimulación para que estos movimientos se sigan desarrollando – tanto por gestores culturales, como también por estos nuevos jóvenes impregnados de estas actividades-. La riqueza intelectual en torno a la producción cultural y artística de nuestra región descansa en la gran cantidad de prestigiosas instituciones universitarias, un numero importante de jóvenes altamente calificados realizan gestión y producción cultural como actividades académicas regulares. Estas actividades sólo se desarrollan internamente con motivos de evaluación. Estos espacios (previo análisis y filtración) podrían expandirse más allá de los muros de la universidad, deberían entregar conocimientos a la sociedad. Democratizar el arte y el conocimiento es una de las herramientas más importantes para reducir las diferencias sociales en Chile.
Es evidente que la producción de espectáculos (teatro, música, danza, etc.) responde a necesidades sociales, pero también están sometidos a requerimientos económicos. No podemos desarrollar actividades que no sean remuneradas si los requerimientos técnicos y escenográficos (por ejemplo) son muy complejos, por lo que estas compañías de artistas se presentarán en espacios adecuados a sus necesidades como teatros o escenarios calificados. Si se debe pagar por acceder a estas actividades, ¿Cómo democratizamos las mismas?, creando instancias culturales que puedan ser consumidas por todos los agentes de la sociedad e incluso acercándonos más a la cultura propia de nuestra región trabajando con organizaciones comunitarias y el gobierno regional, para poder llevarles el arte y revivir la cultura en sus propios barrios, activando la conciencia de comunidad y el trabajo colectivo.
El rescate de nuestra tradición cultural, la revitalización de la memoria colectiva es la clave para poder continuar con el desarrollo cultural de nuestra región. El conocimiento de nuestras tradiciones nos permitirá comprender quienes realmente somos en este mundo vertiginoso. Debemos entender qué es cultura, tenemos que considerarla como algo que se crea en el día a día, en el quehacer del hombre, en su cotidianeidad. A partir de eso, como gestores culturales debemos analizar cuales son las reales necesidades de la sociedad para producir actividades que llenen esos agujeros. De vital importancia para la memoria colectiva es realizar un trabajo con organizaciones comunitarias de personas de tercera edad, puesto que ellos son nuestra ancla que nos une a nuestro pasado.
La revitalización de nuestras artes y culturas engrandece a los pueblos, independiente de su desarrollo económico, marcando y enriqueciendo su identidad en este mundo vertiginoso en el cual los limites entre las distintas civilizaciones-culturas se difuminan.

viernes, 1 de febrero de 2008

Fragmento uno


19:00, mi jefa me manda a casa porque tengo los pantalones llenos de sangre seca, y eso me llena de alegría…. Miro por los ventanales, cruza un pájaro.-Anda a tu casa y cámbiate- Me dice la jefa.Tengo 16 años y estoy sentado en el suelo de mi habitación, la puerta cerrada con llave, quemándome la parte exterior del brazo con la colilla de un cigarro mientras me llamo a mi mismo escoria humana. La sangre se derrama en mis pantalones. –Abrazo y acepto mi propia corrupción supurante-, le digo a la punta ardiente del cigarro. Lo hago girar sobre mi piel blanda y suave. –Arde, escoria, arde-.Conseguí un trabajo de mesero en un pub de cervezas finas, media jornada por las noches. Acá no existen las cervezas de litro y todos los que vienen están dispuestos a pagar un mínimo de 2 mil pesos por una individual. El ambiente no podría ser más aburrido, como un acuario de moluscos. Este empleo alimentará mi odio clasista.El martes me quedo dormido en el trabajo. Cuando despierto el teléfono está sonando y estoy solo. En mi sueño sonaba un teléfono, y no tengo claro si la realidad se adentró en el sueño o el sueño está suplantando a la realidad.Tomo el manófono y contesto: Restaurante Sikaru, buenas noches.Este es el lugar donde tengo 16 años y trabajo: Restaurante Sikaru, buenas noches.El sol ya se puso y nubes negras del porte de Bolivia y Japón se amontonan en el horizonte.No es que el local tenga ventanas; toda la fachada es un solo ventanal.Mi jefa tuvo que salir para atender una emergencia pues su tortuga se ha perdido y me ha dejado a cargo. Es la una de la madrugada y estoy solo. Una noche lenta sin clientes y sin propinas.Hablando por teléfono con mi jefa.En su mente, mi jefa vive en Norteamérica.Me pregunta por qué me he demorado tanto en responder, con una voz irritante que empieza en un gruñido grave y termina en un chillido agudo. Le digo que porque estaba durmiendo y soñando que sonaba el teléfono. Le pregunto cómo está su tortuga, y ella no puede ver mi rostro de indiferencia al otro lado de la línea. No me responde y el auricular grita que soy un hijito de papá irresponsable y que no me moleste en venir a trabajar mañana. Eso es suficiente para que mi rostro, que ella no puede ver, brille con un odio fosforescente. Le digo que no me importa; y que le voy a quemar el local; y que si algún día aparece su tortuga se la voy a destripar para hacerme una sopa. Enciendo un fósforo junto al transmisor del teléfono y le digo a la vieja zorra que ponga atención, que escuche bien porque ese es el sonido de su futuro. Voy a quemarle el local.De verdad no tengo ninguna intención de hacerle daño a la tortuga, pero esto último no se lo digo, jo jo jo.En su mente, mi jefa vive en Norteamérica.Me dice que la policía se apresurará a detenerme y a llevarme a la silla eléctrica, y que mis ojos se escalfarán hasta salirse de sus órbitas, o, a lo menos, me pondrán una inyección letal. Una sobredosis de fenobarital y, luego, el sueño eterno.Mientras derramo todo el licor fuerte: el ron, el wisky, el cogñac, el pisco sobre la barra y el suelo y entre las mesas, dejo el manófono junto al fono par que registre todo el suceso hasta que el plástico se derrita. Humedezco una toalla con un Ballantine de 12 años. Ignición. Salgo del local y estoy en primera fila para el mejor espectáculo de mi vida.
Sergio Barrientos Roman
Licenciado en Literatura, Universidad Adolfo Ibañez.

jueves, 31 de enero de 2008

Haiku: Poesia del Deleite - Shiki


Brisa del atardecer,

las rosas blancas

se mueven.


Cuando miré hacia atrás,

el hombre que pasó

se había perdido en la niebla.


Cada año,

pensando en los crisantemos,

siendo, pensando por ellos.


buen día, gorrion,

escribiendo en la galería limpia,

con tus pies húmedos de rocío.

martes, 29 de enero de 2008

Haiku: Poesia del Deleite - Onitsura


Habiendo caído las flores del cerezo,

el templo Enjoji

está tranquilo otra vez.


Ay, me pregunto, ¿un hombre que no tenga

la pluma en la mano?

La luna esta noche.

Revolucion Historiografica Francesa: La Nouvelle Histoire y su desarrollo II


Historia de las Mentalidades: La Tercera Generación de Annales e Historia y Cultura
“¿Definir la historia? ¿Pero cuál? Quiero decir: ¿De qué fecha y en qué cuadro de civilización? ¿No varía la historia perpetuamente en su inquieta búsqueda de técnicas nuevas, puntos de vista inéditos, problemas que hay que plantear mejor?”.[1]
La evolución de Annales concluye su desarrollo realizando una síntesis de todos los conocimientos, técnicas y métodos utilizados por las generaciones anteriores. En este periodo Braudel dejó la presidencia de la Sexta Seccion (1975), Jacques Le Goff tomó el control y reorganización de lo que ahora se denominaría “Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales” (no sólo Le Goff, nuevos jóvenes como André Burguiére y Jacques Revel intervienen en la dirección de Annales). Es más complicado en este punto definir una línea rectora en el desarrollo del movimiento, a diferencia de la primera y segunda generación, nadie realmente controla el grupo como lo hizo en su momento Febvre y Braudel. Se ha producido una especie de fragmentación y diversificación intelectual, incluso algunos participantes del movimiento han vuelto a cultivar la Historia de los Acontecimientos (Histoire Événementielle) y la Historia Cuantitativa, mientras que otros siguen reaccionando contra ellas.
Esta Tercera Generación es la primera que incluyó mujeres en sus fuerzas, Christiane Klapisch (Historia de la familia en Toscaza en la Edad Media y el Renacimiento); Mona Ozouf (Historia de los festivales en la Revolución Francesa); Arlette Farge (Historia del mundo social en las calles de Paris del siglo XVIII); Michéle Perrot (Historia del trabajo y las mujeres); entre otras, han diversificado las ideas de Annales. El movimiento viaja hacia otras latitudes, ya no sólo las ideas francesas dirigen el movimiento ahora muchos de sus integrantes han estudiado y especializado en otros países (especialmente Estados Unidos) en universidades como Ithaca, Madison, Princeton o San Diego (muchos miembros ahora leen, escriben y hablan ingles). El centro de la historiografía ya no es Paris, muchos estudios se están desarrollando en Gran Bretaña, Países Bajos, Alemania, Italia y Estados Unidos como hemos expuesto recién. Estos nuevos exponentes han ligado la corriente “tradicional” de Annales con nuevas disciplinas norteamericanas como la Psicohistoria, la Historia de la Cultura Popular, Nueva “nueva” Historia Económica, la Antropología Simbólica, etc.
Muchos historiadores (incluso antes de la Tercera Generación) estuvieron muy interesados por el desarrollo de historias sobre cultura por ejemplo: Alphonse Dupront, considerado el Labrousse de la Historia Cultural, estudiaba el concepto de “cruzada” como un elemento de sacralización, cómo una supuesta guerra santa podía ocultar los reales intereses de posesionarse de lugares sagrados. Enriquece su investigación postulando que las peregrinaciones son la búsqueda de lo sagrado y son un ejemplo de “sensibilidad colectiva” que responde a respuestas producidas por fuerzas cósmicas. Sus investigaciones han inspirado a algunos de sus seguidores a investigar cómo estas fuerzas cósmicas pueden influir a los hombres a realizar cierto tipo de trazados en las iglesias y cuales serían sus respectivas significaciones simbólicas. Dupront mezcla la generalidad de los temas como lo sagrado con la puntualidad de la cartografía y las imágenes milagrosas.
El continuador de Febvre en lo que respecta a Psicología Histórica es Robert Mandrou, este historiador continuó el trabajo de su mentor en su “Introducción a la Francia moderna” agregándole el sub-titulo de “Un ensayo de psicología histórica, 1500-1640”, este incluía temas sobre mentalidades, emociones y salud. Prosiguiendo bajo la misma metodología realizó “Magistrados y Brujos de la Francia del siglo XVII”, la temática sobre la cultura popular y la hechicería pronto captaron el interés de muchos jóvenes historiadores. El problema de estos nuevos historiadores que quieren adentrarse en el plano de las mentalidades colectivas no recae sólo en la selección de la temática, fuentes o metodologías de investigación, sino que estas nuevas incursiones no se separen de los grandes y sólidos descubrimientos que han desarrollado las antiguas generaciones de Annales, descubrimientos y conocimientos sabiamente explotados que han brindado muy buenos resultados para la Historia Económica y Social. Esta nueva Historia Cultural no se presenta como una alternativa de la Historia Económica-social, es una evolución, un crecimiento que debe seguir constante al lado de todas las disciplinas históricas, no anular ni restarle valor a sus predecesoras.
La Psicohistoria rescataba ideas de los psicoanalistas Wilhelm Reich y E. Fromm, la obra “Los campesinos del Languedoc” de Emmanuel Le Roy Ladurie (obra expuesta en el capitulo anterior) incluía datos sobre las obras de S. Freud relacionadas con cifras sobre precios de cereales en Tolosa, y con esto realizaba un análisis de las estructuras sociales. “Le Roy describió el carnaval de los romanos como un psicodrama que daba acceso directo a las creaciones del inconciente, tales como fantasías de canibalismo, e interpretó las convulsiones proféticas de los camisardos atribuyéndolas a la histeria”[2].
Otros miembros de Annales realizaban sus estudios en líneas similares a esta, Alain Besancon investigaba la Rusia del siglo XIX poniendo su interés en lo que él llamaba la “historia psicoanalítica”; realizó un estudio entre padres e hijos, analizó el caso de Iván el Terrible (un zar) el cual le dio muerte a su hijo. Finalmente la Psicohistoria norteamericana se ha encontrado con la Psychologie historique de Annales por medio del estudio de individuos particulares prolongados hacia la colectividad.
Aunque en general las tendencias de la historiografía seguían otros caminos, los más distinguidos especialistas en la Historia de las Mentalidades fueron los medievalistas Georges Duby y Jacques Le Goff. Este ultimo realizó “El nacimiento del Purgatorio”, inmersa en lo que él denominaba “l´imaginaire medieval” trataba de exponer las constantes variables de las representaciones sobre la vida en el más allá. Sostenía que el nacimiento del purgatorio respondía a una “transformación del cristianismo feudal”, a una relación que se daba por los cambios sociales e intelectuales. Postulaba que ha habido un nacimiento de “estructuras mentales y hábitos de pensamiento” a partir del siglo XII y XIII, que poseen nuevas visiones sobre el tiempo, el espacio y los números. Ósea, en general una historia de las mentalidades. Duby por su parte escribió “Los tres órdenes”, en muchos sentidos paralelo al “Nacimiento del Purgatorio” de Le Goff, estudia la sociedad dividida en tres grupos distintos: sacerdotes, caballeros y campesinos (la oración, la lucha y el trabajo, respectivamente). En esta sociedad dividida crea relaciones entre lo material y lo mental considerándolas elementos claves para el cambio social. Sostiene que esta triple división se puede encontrar en las sociedades indoeuropeas como en las indias; al igual que Montanari y su tesis sobre las relaciones de poder sostiene que esta división ha sido creada por los sectores altos de la sociedad (señores feudales) para legitimar su explotación a los sectores más bajos (campesinos), y así lograban mantener a cada sector social en su función. Duby sostiene que esta reactivación de una visión tripartita del mundo responde a una necesidad especifica del periodo histórico en el que está inmersa, por ejemplo una crisis política como la que se dio en la Francia del siglo XI. Podemos concluir que Duby considera a las ideologías no como una reflexión pasiva sobre las sociedades, sino como una herramienta, un arma de control para obrar sobre una sociedad determinada y así modificar o perpetuar sus modos en el tiempo.
Los enfoques y nuevas metodologías cuantitativas si bien fueron un gran adelanto en lo que respecta a la ciencia histórica, no lograban captar a cabalidad las mentalidades como lo hacían con los procesos económico-sociales. Por esto se tuvo que desarrollar un enfoque estadístico especializado para esta nueva evolución de la historia; los primeros enfoques estadísticos se utilizaron para estudiar la Historia de las prácticas religiosas, la Historia de la alfabetización y la Historia del libro. Poco a poco este nuevo método se amplió en las esferas de la Historia Cultural para luego llegar al desarrollo de una Historia de la Alimentación. Por ejemplo, uno de los estudios más novedosos en estas nuevas áreas culturales fue el realizado por Michel Vovelle, “Piedad Barroca y Descristianizacion”, un estudio basado en las concepciones en torno a la muerte. Pretendió estudiar las actitudes humanas sobre la muerte y el más allá analizando los testamentos dejados por 30.000 muertos en Provenza. Estudió también los cambios en los pensamientos y los sentimientos de los hombres en relación a sus santos patronos protectores, el número de misas que el testador deseaba que le realizaran en su honor, la cantidad de flores que se utilizarían, etc. Vovelle pensaba que el idioma de los testamentos le reflejaría un “sistema de representaciones colectivas”, concluía que se estaba secularizando las actividades pero no por una imposición desde arriba, sino desde el sótano.
Para nuestro análisis le debemos mucho a historiadores como Pierre Bordieu, sus estudios sobre antropología en Argelia pasaron hacía el estudio de la sociología en la Francia contemporánea. Su concepto de “capital simbólico” es la base para muchos trabajos de historiadores de la Historia del Consumo, la Cultura Popular y de la Vida Cotidiana, reemplaza conceptos y reglas estructurales rígidas sobre las prácticas sociales, incorporando conceptos más flexibles como “estrategia” y “habito”. Con este tipo de investigaciones se pudo acceder a un nuevo estudio sobre la colectividad, se rechazó por ejemplo el mito del consumidor pasivo y le puso acento a lo que llamaban “consumo de producción”. La novedad está en abordar la historia del hombre dentro de una comunidad histórica, desde una visión antropológica, no con un análisis parcelado de una determinada sociedad.
El trabajo historiográfico ha experimentado una gran ampliación y evolución, principalmente en dos sentidos, en primer lugar desde el punto de vista teórico con la reflexión sobre el problema de la duración de los periodos temporales y, en segundo término, desde el punto de vista de los temas novedosos que han suscitado el interés de los historiadores, temáticas tan variadas que a los ojos de los historiadores pareciese ser que no existen hoy en día temas vedados para la posible investigación. Temas históricos sobre la vida privada, la vida cotidiana, sobre la cultura, sobre las mentalidades colectivas, la religión, las costumbres, las creaciones humanas, la educación, en nuestro caso la alimentación, sólo por nombrar algunas, nos permiten alejarnos y al mismo tiempo profundizar sobre las temáticas tradicionales sobre política, la economía y las clases sociales, esto no significa que estas corrientes se hayan debilitado sino que se ha avanzado y superado los periodos esquemáticos deterministas y reduccionistas de la historia. El triunfo de Annales es lograr un entrecruzamiento entre los distintos tipos de temporalidad, tiempo largo y tiempo corto, y los distintos niveles de conocimiento humano (no sólo el político y el económico).
“Por historia vertical entiendo aquellas que como intento hacerlo en Mourir atrefouis y hoy en L´mort et occident de 1300 a nos tours, se esfuerza por tomar en cuenta “desde el sótano al granero”, los diferentes niveles de una aventura humana, en este caso desde los condicionamientos sociodemográficos hasta las formas más sofisticadas de expresión artística, pasando por las actitudes y las reacciones de la mayoría. Un conjunto complejo que impone esta investigación en la larga, y aún muy larga duración, porque sólo allí se puede esperar percibir ese “entrecruzamiento de los tiempos” en el que se expresa la dialéctica en los diferentes niveles. Lo que en absoluto quiere decir que esta historia en la longue dureé sea para mí una historia inmóvil”.[3]
[1] Febvre, Lucien. Op. Cit. Pág. 227.

[2] Burke, Peter – Op. Cit. pág. 73
[3] Vovelle, Michel, “Ideologías y Mentalidades” - Editorial Ariel. 1985. Pág. 98

Revolucion Historiografica Francesa: La Nouvelle Histoire y su desarrollo I


Es certero decir que la mayoría de los textos revolucionarios -cuanto metodologías históricas novedosas- se crearon en Francia en el siglo XX, hombres que trataron de proponer una nueva forma de hacer historia (historiadores como Lucien Febvre, Fernand Braudel, Jacques Le Goff, Emmanuel Le Roy Ladurie, Geoges Duby, Michel Vovelle, Michel Foucault por nombrar a algunos). La unidad de estos hombres en un movimiento se da por la diferenciación que tienen con la tradicional forma de hacer historia, plantean que la historia no sólo debe ser la política, bélica o la de los grandes hombres; la Nueva Historia es sobe todo la historia de las mentalidades, una historia serial de las mentalidades, una construcción que abarque todos los aspectos humanos del hombre, una historia que sigue los pasos de la Historia Total postulada por Pierre Vilar (semejante a la “Historia de las civilizaciones” de Fernand Braudel ) que pretende realizar un enfoque historiográfico holístico que aleje al historiador de los análisis evenemenciales o conocida como Historia de los Acontecimientos, relacionándola íntimamente con la Historia Económica y Social. Pretenden posicionar a toda la humanidad como actor directo de la historia, ya no sólo los grandes señores.
El nacimiento de este nuevo movimiento historiográfico se dio gracias a la creación de la revista francesa “Annales d´histoire économique et sociale”, en la cual se postularon por primera vez las directrices de dicho movimiento. Lucien Febvre y Marc Block fueron los editores de esta revista y los directores de lo que podríamos llamar la revolución historiográfica francesa que postula, a diferencia de la historia tradicional de la política y los Estados (que por su restricción temática sólo puede considerarse como una historia nacional o internacional), una investigación histórica novedosa puesto que combina distintas disciplinas como la arqueología, geografía, economía, antropología, psicología social y utilizando algunos planteamientos de la sociología de los “Année Sociologique” (donde habían muchos colegas de Febvre y Block en Estrasburgo). Como nos postulaba Febvre ¿Hay que tomar prestadas ciertas nociones? Algunas veces. Pero sobre todo, hay que tomar prestados métodos e inspiración. La regla hoy es que lo hagan investigadores aislados que buscan el apoyo de sus compañeros de otras disciplinas. Mañana será, sin duda, característica propia de trabajadores de formación diversa unidos en equipos para aunar sus esfuerzos; me imagino que el físico planteará el problema, el matemático aportará su virtuosismo en el manejo del lenguaje científico y, por último, el astrónomo elegirá los astros que hay que elegir en el inmenso campo del cielo, observará y controlará.”[1]
Motivaban una ampliación de las temáticas de investigación histórica: Historia del Arte, Historia de la Iglesia, Historia Económica, Historia Social, Historia de la Cultura, Historia de las Ciencias, etc.; aquí surgieron las críticas, los “auténticos historiadores” consideraban estas temáticas como anecdóticas y periféricas, en cambio los nuevos historiadores creían que toda actividad pasada del hombre, sea de la índole que sea en tanto pasada, puede ser reconstruida, todo tiene cierto grado de historicismo. Así por ejemplo durante la década de 1970 comenzaron a surgir una serie de investigaciones en torno a lo que corresponde a la Historia de las Ideas. Generalmente se enfoca en los sectores de la sociedad que no forman parte de la elite, se analizan sus actividades como el carnaval, las fiestas populares, los rituales religiosos, las tradiciones (como: mitologías, cuentos, leyendas, poemas épicos, en general formas de tradición oral). Estos historiadores estudian los procesos y elementos culturales que hacen posible la creación de tales tradiciones como: las ideas, la ciencia, el arte, costumbres, que se manifiestan socialmente por ejemplo a través de un patriotismo, nacionalismo, religiosidad, etc.
Para la historia tradicional lo importante es el relato de los acontecimientos sucesivos mientras que para la Nueva Historia importa más el estudio de estructuras. Para Fernand Braudel la historia debería ocuparse de los acontecimientos de “largo plazo” (Longue Dureè) y la “coyuntura” dejando de lado los acontecimientos; debemos realizar estudios de grandes procesos para así poder comprender a cabalidad la historia. Le da un real valor al contexto geográfico, así como también a la matematizacion de las ciencias sociales para que tengan una objetivación respecto a los espacios temporales. Mientras que la historia tradicional estudia desde una perspectiva “desde arriba”, ósea la historia de grandes hombres de la política; la Nueva Historia toma al hombre común y corriente como elemento de estudio y con él pretende encontrar y descubrir los cambios sociales. La historia tradicional, buscando la objetividad, sólo utiliza documentos “oficiales” mientras que la Nueva recoge una amplia gama de documentos, fuentes y testimonios para encontrar la objetividad. Pretende realizar una historia más global.
Histoire Globale: “La globalidad no es la pretensión de escribir una historia completa del mundo [histoire totale du monde]…, significa simplemente el deseo, cuando uno está frente a un problema, de ir sistemáticamente más allá de sus límites”.[2]
Podemos pensar que con esto se relativiza la realidad por la amplia carga cultural que poseen las nuevas fuentes, ya que todas ellas son entregadas con cierto sesgo de subjetividad al ser interpretadas. Si bien por un lado la Nueva Historia se ha enriquecido con los aportes de nuevas disciplinas éstas han ampliado el universo de la historiografía de una manera increíble, por lo que se ha generado una fragmentación de conocimientos. Cada vez es más específica la función de cada tipo de historiador, y si bien el historiador económico se aproxima al economista, este se aleja del historiador de la cultura a niveles que el mismo lenguaje técnico puede incomunicarlos. “Para hacer historia volved la espalda resueltamente al pasado, vivid primero. Mezclaos con la vida. Con la vida intelectual, indudablemente, en toda su variedad. Sed geógrafos, historiadores. Y también juristas, y sociólogos, y psicólogos; no hay que cerrar los ojos ante el gran movimiento que transforma las ciencias del universo físico a una velocidad vertiginosa”[3]. Es necesaria la construcción de un marco conceptual común que unifique nuevamente a los historiadores, el gran crecimiento de áreas científicas muestra la falta de comunicación que separa las disciplinas.
El nacimiento de esta Nueva Historia tuvo sus esfuerzos antes del siglo XX, Peter Burke nos cuenta que ya en el siglo XVIII existía un gran número de estudiosos de Escocia, Francia, Italia y Alemania que realizaban trabajos sobre lo que ellos denominaban “Historia Social”, una nueva disciplina que no se centrara en la política o en lo bélico, en cambio que incluyera comercio, leyes, moral, costumbres (como por ejemplo el “Essat sur les Moeurs” de Voltaire), les interesaba la reconstrucción del pasado por medio de la manifestación de valores y actitudes (o mezclaban el ámbito político con un nuevo dialogo socio-cultural como “La Decadencia y caída del Imperio Romano” de Edgard Gibbon). La Historia se diversificaba y profesionalizaba, el debate entre los historiadores ahora giraba en torno a la metodología de investigación. En 1860 Jacob Burckhardt planteaba que la Historia del Estado por ejemplo debía escribirse a partir del choque de tres fuerzas: el Estado, la Religión y la Cultura. Desea un nuevo tipo de descubrimiento, como sostiene Karl Popper “Una aproximación a las ciencias sociales que asume que la predicción histórica es su objetivo principal, y que asume que su objetivo es alcanzable mediante el descubrimiento de los "ritmos", o los "patrones", las "leyes" o las "tendencias" que subyacen a la evolución de la historia”[4]*
La historia se desarrollaba a manos de distintos especialistas, cada uno situándose desde una perspectiva particular a observar los problemas de la historicidad de los acontecimientos humanos, elementos -cuanto pasados- se pueden reconstruir, reinterpretar. “La obra maestra del historiador francés de la antigüedad Fustel de Coulanges, “La Ciudad Antigua” (1864), se concentraba en la historia de la religión, de la familia y de la moral antes que en los acontecimientos políticos”. Peter Burke continua exponiendo sobre Marx “De conformidad con la visión de la historia de Marx, las causas fundamentales de cambio estaban en las tensiones existentes en el seno de estructuras sociales y económicas”; y postula que la Nueva Historia económica y social le debe mucho también a “Auguste Comte, por ejemplo, se burlaba de lo que llamaba los “menudos detalles infantiles estudiados por la irracional curiosidad de ciegos compiladores de inútiles anécdotas” y abogaba por lo que llamaba, según una famosa frase, la “historia sin nombres”.* Herbert Spencer se quejaba de que “las biografías de monarcas (y nuestros hijos no aprenden otra cosa) no arrojan ninguna luz sobre la ciencia de las sociedades”** … “Kart Lamprecht, profesor de Leipzig, oponía la historia política, que era tan sólo historia de individuos, a la historia del pueblo. Posteriormente definió la historia como “una ciencia primariamente socio psicológica”*** [5]
La motivación de escribir la revista Annales es demostrar de alguna forma los triunfos de estos hombres al postular nuevas metodologías y temáticas para realizar la ciencia histórica. Este movimiento tuvo tres etapas o generaciones, la primera va desde 1920 a 1945, la cual estaba compuesta principalmente por historiadores que rechazaban fuertemente la “historia tradicional”, combatían radicalmente lo establecido por la Historia Política y la Historia de los Acontecimientos. Ellos, luego de finalizar la Segunda Gran Guerra, controlaron la historia oficial, esta segunda generación tuvo a Fernand Braudel como cabeza del movimiento.
Braudel incorporó nuevos conceptos y modalidades a la investigación histórica. En su historia sobre “El Mediterráneo y Felipe II” introdujo por ejemplo el elemento geográfico como base fundamental para la comprensión de un contexto temporal a cabalidad (la geo-historia). Sitúa a los individuos y acontecimientos en su contexto, en su medio, pero los hace inteligibles para mostrar su completa falta de importancia en el devenir histórico. Analiza los “Destinos colectivos y movimientos de conjunto” que no son otra cosa que la Historia de las Estructuras y de los Sistemas Económicos, que además agrega, son historias que van más lentas que el ritmo temporal de los acontecimientos, es una historia que avanza a una velocidad imperceptible. Es una especie de historia del hombre en relación con su ambiente, como una clase de geografía histórica, Braudel prefiere llamarla “Geohistoria” al creer que existe una relación íntima entre elementos espaciales y temporales. Este historiador ha sido el que más ha contribuido al cambio en nuestras nociones tiempo-espacio.
Fernand Braudel, en su deseo de ver las cosas a gran escala, ha debido seccionar la temporalidad dividiéndola en Corta duración y Larga duración (Longue Dureé). Analiza la “historia larga” relacionándola completamente con la compleja interacción que se da entre el hombre y su ambiente, economía, sociedad, política, cultura, ve una “Historia Total”. La Longue Dureé revela la temporalidad de las estructuras mentales, estructuras que en ocasiones pareciese ser no tienen movilidad a la percepción normal, pero que no revelan un estancamiento, una permanencia cultural dentro de la colectividad tal vez. El éxito que ha tenido la historia de larga duración dentro de los círculos académicos se debe a las modificaciones de las metodologías y enfoques, técnicas que entremezclan la versatilidad de combinar disciplinas como la historia y la geografía. Esto no significa sin embargo que los acontecimientos hayan perdido su historicidad, todo lo contrario, el Acontecimiento es el elemento que posee más larga duración, como nos postula Michel Vovelle.
Los avances en la Nueva Historia, como hemos dicho anteriormente, no se sitúan sólo en los novedosos postulados de Braudel sobre la temporalidad y geografía de la historia, sus temáticas son amplias. De central importancia para el curso, para este trabajo y su desarrollo en el análisis de la “Historia del Hambre y la Abundancia en Europa”, el estudio de la Historia Económica le ha permitido a los hombres de la generación de Braudel (Jacques Le goff, Emmanuel Le Roy Ladurie, y Marc Ferro, entre otros) poder profundizar la comprensión sobre estructuras, cambios en la sociedad y relaciones entre grupos y clases sociales, temáticas en las cuales gira Massimo Montanari para exponer su tesis sobre la evolución de la historia de la alimentación en Europa. La historia económica nos entrega elementos fundamentales para el entendimiento de comportamientos culturales; El Mediterraneo de Braudel nos presenta un ejemplo sobre la primera silla que llegó a China durante el siglo XIII, artículo que seguramente debe haber llegado por medio de un intercambio económico pero que significó para los asiáticos comenzar a utilizar nuevos muebles como mesas, nuevas posturas de alimentación, nuevos estilos de vida, elementos constitutivos de la vida cultural de China. No podemos desligar por lo tanto el estudio de la Historia Económica de la Historia Total de los Annales, mucho menos podríamos separar una Historia Cultural como lo es la línea de investigación en la cual se centra el trabajo de Montanari sobre la alimentación de los europeos.
La genialidad de Braudel descansa no sólo en su capacidad de crear una historia total, sino de intercalar lo general con lo particular, entre lo abstracto y lo concreto; enriqueció esta Nueva Historia Económica al mezclar explicaciones estructurales y multilaterales, llegaba a novedosas conclusiones como por ejemplo que los vaivenes económicos muchas veces respondían a la acción de minorías sociales o religiosas, por ejemplo para sus estudios sobre el capitalismo él postulaba que su nacimiento no se debía sólo a factores económicos (ponían su parte evidentemente), sino también a los políticos, los sociales, los culturales y la civilización misma, cada uno cumplía una función en la formación de este modelo económico. Con esto desbarataba completamente los postulados del marxismo, pensamiento que sólo responde a medios de producción, un factor netamente económico. Pero sin desmerecerlo (a Marx) valora su construcción, puesto que fue el primero en crear modelos sociales a partir de una longue dureé histórica. El punto débil de Braudel recaía en el simplismo con el que observaba la cultura y las ideas, factores determinantes en el estudio de Montanari. No les otorgaba autonomía para poder comprender un problema histórico, necesitaba y se valía de la geografía y de la economía en primera instancia, para luego enriquecer su estudio con otros elementos, pero nunca los situó como primarios.
Braudel en cierta medida desmerecía y se resistía al valor de la Nueva Historia Cuantitativa y la Historia de las Mentalidades, por lo mismo es que se alejó de estas dos importantes disciplinas desarrolladas en esos años. Por lo tanto no podemos considerar el desarrollo de Annales en esos años sólo gracias a la emblemática dirección, ideas, influencias o intereses de Fernand Braudel. En 1970 se dio la revolución cuantitativa, primero visible en el campo económico (especialmente en la Historia de los Precios) y de aquí la revolución se extendió hasta el campo de la Historia Social (particularmente a la Historia de las Poblaciones), aún el movimiento de Annales debe crecer, en esta segunda generación se da el pie inicial para evolucionar a lo que será una Nueva Historia de la Cultura, de las Mentalidades, de la Religión.
Peter Burke nos relata que el uso de elementos estadísticos y cuantitativos ya se estaba haciendo común entre los historiadores económicos, ya en el siglo XIX se habían realizado un gran número de estudios sobre la Historia de los Precios. “En los años 1932-3, aparecieron en francés dos importantes estudios. El primero, que Lucien Febvre consideró como un libro que los historiadores debían tener como de cabecera, era Investigaciones sobre el Movimiento General de Precios*. Se trataba de la obra del economista Francois Simiand, el mismo que publicara un resonante ataque contra la historia tradicional treinta años atrás. Las Investigaciones se referían a la alternancia en la historia de periodos de expansión, que Simiand llamaba fases A y periodos de contracción o fases B**.
El segundo estudio importante, modestamente titulado Esbozo del Movimiento de Precios e Ingresos en la Francia del siglo XVIII, era la obra de un joven historiador, Ernest Labrousee***.”[6]
Gracias a este joven historiador, Labrousse, el marxismo comenzó a ingresar en el movimiento de Annales, y con él los métodos estadísticos, pensaba que podía realizar un estudio sobre la Francia del siglo XVIII fuertemente cargado de elementos cuantitativos, inspirado por la metodología de Simiand y Albert Aftalion logró publicar su trabajo en dos partes: El Esbozo (1933) y La Crisis (1944) [La Historia de los Precios y el Fin del Antiguo Régimen en Francia respectivamente], se preocupaba de las tendencias a largo plazo (le mouvment e longue dureé) y de los ciclos cortos o como los denomina él “crisis cíclicas”. Utilizaba conceptos y medotologías de economistas como Juglar, Kondratieff, y de su inspirador Albert Aftalion, interesados al igual que él en los ciclos económicos breves y largos. Gracias a su obra, Annales comenzó a publicarse en un formato más grande que pudiera almacenar variados tipos de esquemas, gráficos, tablas y datos cuantitativos.
Como anteriormente hemos enunciado, la Historia de las Poblaciones le siguió el paso a la Historia de los Precios en lo que respecta a nuevas metodologías cuantitativas. La Nueva Historia se sigue enriqueciendo con nuevas técnicas y métodos, se acerca cada vez más a la compleja y multifacética historia del hombre. Este nuevo trabajo se dio por una colaboración entre demógrafos e historiadores en 1950. En Francia el desarrollo de este nuevo campo se demostró con el trabajo de Louis Henry, realizó un estudio de las poblaciones del pasado y desarrolló el método de reconstitución de la familia, al vincular registros de matrimonios, nacimientos y muertes en Ginebra. La Historia Demográfica quedó completamente relacionada a la Historia Social, en 1960 la Sexta Sección de Annales fundaba una nueva serie histórica llamaba “Demografía y Sociedades”.
Una de las primeras publicaciones de esta nueva serie fue la tesis de Pierre Goubert sobre “Beauvais” y el “Beauvaisis”, dividió su trabajo en dos partes “Estructura” y “Coyuntura” al igual que Chaunu; con la yuxtaposición que hace entre los movimientos de precios y poblaciones nos presenta las consecuencias sociales de los cambios económicos. Esta yuxtaposición es utilizada por Massimo Montanari para explicar algunos movimientos de los alimentos europeos, pero no es su tesis central, prefiere darle más valor a la Historia Cultural y de las Mentalidades para reafirmar su tesis sobre el choque de poderes en la sociedad y cómo este articula determinadas formas de alimentación. Esta evolución y acercamiento de Annales hacia la cultura la analizaremos a continuación. Nuestra investigación nos continúa mostrando este sistemático desarrollo que les está permitiendo a los historiadores (gracias a los novedosos postulados de Annales) ahondar en todas las aristas de la historia humana.
“Los hombres son el objeto único de la historia, de una historia que se inscribe en el grupo de las disciplinas humanas de todos los órdenes y de todos los grados, al lado de la antropología, la psicología, la lingüística, etc. [¿Por qué no la economía y la demografía?]; una historia que no se interesa por cualquier tipo de hombre abstracto, eterno, inmutable en su fondo y perpetuamente idéntico a sí mismo, sino por hombres comprendidos en el marco de las sociedades de que son miembros. La historia se interesa por hombres dotados de múltiples funciones, de diversas actividades, preocupaciones y actitudes variadas que se mezclan, chocan, se contrarían y acaban por concluir entre ellas una paz de compromiso, un modus vivendi al que denominamos Vida”.[7]
La importancia del trabajo de Pierre Goubert descansa en la capacidad de unir el estudio demográfico con la Historia Social de una determinada región. Goubert enmarcaba su trabajo en lo que él denominaba “Demografía Social”, analizaba como diferían las posibilidades de supervivencia entre un grupo social y otro, es una historia de todos los sectores sociales no sólo de los poderosos y ricos, esta posición la reafirmó en su obra “Luis XIV y veinte millones de franceses”. Al igual que Montanari revisa y estudia la diferencia que hay entre la vida rural y la vida urbana, los señores y el campesinado, los ricos y los pobres. Si bien su investigación es un aporte gigante a la Historia Social, dista mucho de ser una Histoire Globale como postula Braudel, no ahonda lo suficiente en la “mentalidad burguesa”, tema que Montanari estudia a cabalidad para poder comprender las relaciones alimenticias europeas.
La Historia Social y la Demografía permitieron el desarrollo de brillantes obras de estudios regionales. Pierre Vilar, Emmanuel Le Roy Ladurie y Michel Vovelle fueron los hombres que crearon las más distinguidas obras regionales y sociales de la Segunda y Tercera Generación de Annales. Estos estudios regionales combinaban “estructuras” de Braudel, la “coyuntura” de Labrousse y la nueva demografía histórica presentada por Pierre Goubert. Son estudios locales, urbanos y rurales, divididos en Estructura y Coyuntura, que presentan datos que pueden ser verificables en la longue dureé como la permanencia de precios y las tasas de mortalidad. Por eso nace el nuevo concepto acuñado por los franceses de Annales, la “Historia Serial” (Histoire Sérielle). La revolución cuantitativa ha transformado completamente el oficio del historiador en Francia, como sostiene Le Roy Ladurie. Generalmente estos estudios analizaban los aspectos económicos, para luego dar paso a los sociales y mentales, concluían con un análisis de las actitudes políticas y cómo se han dado todos estos cambios a lo largo del tiempo. Utilizando métodos cuantitativos la generación de la década del 60 de Annales no sólo estudió las Historia Económica como las fluctuaciones de precios, ni sólo la Social como las tasas de nacimiento y mortandad, también lograron sostener algunos postulados sobre las tendencias visibles sobre la distribución de la propiedad y la productividad agrícola como por ejemplo “Los campesinos del Languedoc” de Le Roy Ladurie.
Vemos en “Los campesinos del Languedoc” una similitud metodológica con “El Hambre y la Abundancia” de Massimo Montanari. “…Le Roy adoptó una forma cronológica de organización en lugar de la división en “estructura” y “coyuntura”. En cada sección cronológica, el autor trataba fenómenos culturales tales como el nacimiento del protestantismo y la alfabetización y también describía las reacciones de la gente ordinaria de la región frente a los cambios económicos que experimentaba en su vida cotidiana. Para escribir esta “historia de los de abajo”, el autor se basó primordialmente en la prueba de rebeliones”.[8]

Sobre la historia desde abajo Jim Sharpe nos señala: “Dicha perspectiva ha resultado de inmediato atrayente para los historiadores ansiosos por ampliar los limites de sus disciplinas, abrir nuevas áreas de investigación y, sobre todo, explorar las experiencias históricas de las personas cuya existencia tan a menudo se ignora, se da por supuesta o se menciona de pasada en la corriente principal de la historia”.[9]
Como piensa Montanari, el análisis de los campesinos del Languedoc es demasiado simplista y malthusiano, pensar que los cambios en esta zona sólo se dieron por un modelo demográfico especifico es demasiado básico, no pueden dejarse de lado las estructuras de las relaciones de poder entre las clases, el poder de la clase determina en última instancia el grado de cambio demográfico, las tendencias comerciales, los cambios de ingresos y precios y el crecimiento económico. Se forman así dos modelos opuestos pero dependientes el uno del otro, por un lado un modelo demográfico que utiliza las relaciones de clases, y un modelo de clases que utiliza los elementos demográficos. Aceptar o no un modelo en el ejemplo de Languedoc de Le Roy Ladurie sería soberbio de nuestra parte, sólo debemos valorarlo por su capacidad de combinar una minuciosa Historia Económica con una Historia Social Cuantitativa, y enriquecerla con novedosas visiones políticas y religiosas de la Psicohistoria. Su valor además recae en poder examinar las limitaciones y falencias del sistema braudeliano, y así tratar de mejorarlo. Las mejoras y modificaciones se realizarán en la Tercera Generación de Annales, evoluciones a las cuales le debemos mucho para el análisis de la obra “El Hambre y la abundancia: Historia y cultura de la alimentación en Europa” de Massimo Montanari.
[1] Febvre, Lucien – “Combates por la Historia” pág. 30 – Editorial Ariel S.A. España 1970.
[2] Burke, Peter – “La Revolución Historiográfica Francesa: La Escuela de los Annales: 1929-1989” pág. 111 Editorial Gedisa S.A. 1999– Ref. “El Mediterráneo en la época de Felipe II” México, F, C, E, 1976
[3] Febvre, Lucien – “Combates por la Historia” Op.Cit. pág. 56

[4] Popper, Karl “La miseria del historicismo” (1961) – Editorial Alianza / Extraído de http://www.wikipedia.org/
[5] Burke, Peter, Op. Cit. pág. 16-17 – Ref. *Comte, A. “Tours de philosophie positive” (1864) Vol.5 Lección 52 págs. 10 y siguientes. / Ref. ** Spencer, Herbert “Seáis on Education” (1861) págs, 26 y siguientes – Nueva Editorial, Londres 1911. / Ref. *** Lamprech, K. “Deutsche Geschichte” , Leipzig (1894)
[6] Burke, Peter – OP. Cit. págs. 57-58. /Ref.* Febvre, Lucien (1962) “Pour une histoire á part entiére” págs. 190-1 /Ref.** Simiand, Francois “Recherches anciennes et nouvelles sur le movement general des prix” (1932) /Ref*** Labrousse, Ernest “Esquisse du movement des prix et des revenues” (1933).
[7] Febvre, Lucien –Op. Cit. pág. 41.
[8] Burke, Peter – Op. Cit. pág. 66.

[9] Sharpe, Jim en la recopilación “Formas de Hacer Historia” pág. 40 Alianza Editorial 1991.