martes, 2 de octubre de 2007

En Veda La Pureza


La pureza y la depuración aparecen como una solución simple y segura, pero en realidad generadora de numerosos problemas destinados a eclosionar en el futuro.
Basta con darle el suficiente tiempo y espacio a la insaciable necesidad de respuesta que nos define para darnos cuenta que tal pureza no existe ni existirá jamás. He allí el principal problema, latente, pensante: somos lo que hacemos.
La pretendida depuración sólo es garantía de una negación que raya en lo absurdo pues quien imagina poder purgar lo vivido sólo demuestra lo estrecho de su universo. Querer no es poder.



Gabriela Castillo Raga

Licenciada en Historia

Magister en Historia, P. Universidad Catolica de Valparaiso.

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