martes, 13 de diciembre de 2011

Mauricio Rugendas: La Imagen Como Testimonio - Citas


Mauricio Rugendas: La Imagen Como Testimonio

“El Romanticismo triunfa entre 1820 y 1830, pero nació medio siglo antes. Este movimiento, cuyos componentes son muy heterogéneos, representa ante todo una actitud sentimental. Desde comienzos del siglo XVIII, la sensibilidad se alza con la supremacía, lo mismo en la filosofía que en la literatura y en la sociedad. Una especie de exaltación melancólica, de inquietud apasionada, predispuso las almas a los entusiasmados de la Nueva Eloisa, a las desesperaciones del joven Werther, a la melancolía nocturna de Young. En Francia, en Inglaterra y en Alemania el sentimentalismo sucedió al racionalismo, del “Aufklärung” al “Sturm und Drang”[1]

“Los historiadores no pueden ni deben limitarse a utilizar las imágenes como “testimonios” en sentido estricto. Debería darse cabida también a lo que Francis Haskell[2] llamaba “el impacto de la imagen en la imaginación histórica”. Pinturas, estatuas, estampas, etc., permiten a la posteridad compartir las experiencias y los conocimientos no verbales de las culturas del pasado. Nos hacen comprender cuantas cosas habríamos podido conocer, si nos las hubiéramos tomado más en serio. En resumen, las imágenes nos permiten “imaginar” el pasado de un modo más vivo”.[3]

“Su lenguaje es tan directo, tan ameno, que todo lo que cuenta entretiene y se pega a la memoria confundiéndose con nuestros recuerdos personales debido siempre a los detalles de ubicación, la mise en scéne, las actitudes personales, sus trajes, el terreno, etc. ¡cuantas veces no estuvimos en parajes con aquellos vivificados con esos protagonistas desaparecidos que él evoca y nosotros reconocemos! Como en esos sueños en que recordamos cosas que no han sucedido, y si en los grabados chilenos de Rugendas entramos en la vida pasada de nuestro país, gracias al artilugio de sus manos y de sus ojos”.[4]

Sobre Valparaíso

“¡que grato es volver hacia el pasado conducido por la magia del artista! Rugendas el cronista nos relata en la taquigrafía precisa de su delicado trazo (…) las experiencias de (…) su llegada a bordo de una fragata (…) la curiosidad de Rugendas nos permite reconstruir la ciudad y puerto de esos años post-coloniales, ya desaparecido. Los rincones pintorescos, los roqueríos de la costa, las callejuelas estrechas que serpentean hacia lo alto exhibiendo moriscos balcones volados”.[5] “Rugendas conocía de sobra la topografía del lugar como a las familias principales que allí vivían. Oficinas de transacciones, almacenes, agentes navieros, en la calle principal. Por la noche rasgueo de guitarras y riñas de borrachos en los cerros pobres”.[6]

Legado

“Constituía su papel en Chile llevar, traer, iluminar con su presencia las ficciones románticas que, en forma confusa, venían desde lejos buscando un medio propicio para germinar. Detrás de la vida de relación en la sociedad chilena, se le encuentra dibujando, conversando, se siente su respiración cuando toma parte en el cambio de las ideas que van y viene”, y continua “Es lo que deja el artista en Chile. Y, ¡cuanta falta hacen a la Historia estos testimonios omnipresentes del espíritu del pasado, sin cuyo rico encaje aparece desmantelada y seca! Rugendas hizo eso de tal manera que siguiendo las huellas de su paso es posible hacer calzar lo que falta a una revivencia de época, verídica, no deformada por el tiempo y los intereses de casta o partido”.[7]

Leer Entre Líneas

“Las imágenes son testigos mudos y resulta difícil traducir a palabras el testimonio que nos ofrecen. Pueden haber tenido por objeto comunicar su propio mensaje, pero no es raro que los historiadores hagan caso de él para “leer entre líneas” las imágenes e interpretar cosas que el artista no sabía que estaba diciendo. Evidentemente semejante actitud comporta graves peligros. Es preciso utilizar las imágenes con cuidado, incluso con tino – lo mismo que cualquier otro tipo de fuente- para darse cuenta de su fragilidad”[8]


[1]Referencia: Rosenthal, L. – “La peinture Romantique”, Paris 1906 / Gonzáles Porto, José - en “Historia General del Arte” tomo 2 – Editorial Montanery y Simon S.A. 1958.

Nota 1: “Die Leiden des jungen Werther”, originalmente publicado como “Die Leiden des jungen Werthers”, es una novela epistolar y una especie de novela autobiográfica de Johann Wolfgang von Goethe, publicada en 1774. Es uno de los pocos trabajos que Goethe escribió antes de que, junto a Friedrich von Schiller, comenzara el movimiento clásico de Weimar. También influyó directamente en la literatura del Romanticismo que siguió a este movimiento.

Nota 2: Edgard Young, poeta ingles conocido por su obra “Night thoughts” (1742-1745); logró popularizar en Europa el tema sepulcral, la noche y la Luna, que influyó notablemente en los románticos.

Nota 3: “Sturm und Drang”: Tormenta e Ímpetu – Movimiento literario alemán del siglo XVIII que sucede al “Aufrlärung” o racionalismo para anteceder al romanticismo.

[2] Francis Haskell 1928-2000, historiador del arte de la universidad de Oxford, sus trabajos se relacionan principalmente con las manifestaciones sociales y el arte.

[3] Burke, Peter – “Visto y No Visto” (introducción) Pág. 16 /Editorial CRÍTICA, Barcelona 2001.

[4] Lago, Tomás - “Rugendas, Pintor Romántico de Chile” Editorial Sudamericana, Biblioteca Transversal - Edición 2000 corregida / La Primera Edición corresponde a 1960. Pág. 55

[5] Mesina, Vicente – “El Testimonio de Juan Mauricio Rugendas, una clave en la valoración patrimonial en Valparaíso” – Estudiante Magíster PUCV. Ref: Pereira Salas Eugenio, “Valparaíso en la pintura” en Calderón, Alfonso. “Memorial de Valparaíso”. Ediciones Universitarias de Valparaíso, Universidad Católica de Valparaíso, 1986.

[6] Lago, Tomás - “Rugendas, Pintor Romántico de Chile” O.p. Cit. Pág. 147.

[7] Lago, Tomás - Ibidem Págs. 157, luego 158

[8] Burke, Peter – “Visto y No Visto” (testimonios) O.p. Cit. Pág 18.

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